En esta novela corta, ambientada en una ciudad de Santo Domingo fantasmal, el escritor Jhak Valcourt hace uso de las redes sociales y se nutre de los medios a su alcance, para armar una historia un tanto experimental en torno a un tema que todos conocemos; la crisis mundial provocada por el coronavirus, o la Covid-19
En el vaivén de las horas, el narrador se ve paulatinamente atormentado por los problemas económicos derivados de la cuarentena y el distanciamiento social en medio de una situación sentimental, que pone a prueba su cordura y el empeño de no fracasar también en el amor por culpa del encierro obligatorio decretado por las autoridades.
Siglo XVI. Una nueva desaparición. Dos gremios enfrentados. Unas mujeres dispuestas a imponer la única ley posible, la ley del valle.
Una lluviosa noche de 1577, el carbonero Domingo Harria sale de su caserío hacia la ferrería de Mirandaola, donde sus dueños, los Plazaola, lo están esperando. Asencia, su mujer, descubre a la mañana siguiente que Domingo no ha regresado a casa, y da la voz de alarma. No es la primera vez que alguien desaparece en el valle; tampoco será la última.
Tras varios días sin noticias, Asencia acude a la ferrería en busca de alguna pista sobre el paradero de su marido, pero, aunque allí le aseguran que Domingo nunca acudió a la cita, ella está convencida de que los Plazaola mienten. Su gremio nunca ha sido de fiar.
Años más tarde, cuando todo el valle parece haber olvidado a Domingo, salvo Asencia, aparece en su vida Jurdana, una joven de origen desconocido que no solo guarda un gran secreto, sino que huye de un pasado al que, tarde o temprano, deberá hacer frente. Solo espera no tener que hacerlo sola.