Un hermano y una hermana retornan a la casa de su infancia, al lugar de la felicidad, de los deseos y de los secretos prohibidos a punto de ser revelados. Los recuerdos luminosos se mezclan con los que irrumpen arrasando con todo: el tacto delicado del lino se mezcla con el tumulto que huye del ataque con gas sarín; los silencios dolorosos de la familia con el sonido de los insectos de montaña. Con la maestría casi artesanal que la caracteriza, Hiromi Kawakami vuelve a construir un mundo frágil y sensual en el que los destellos y las sombras se abrazan de manera única. Escrita tras la tragedia del terremoto y el tsunami que asolaron Japón en 2011, esta novela encarna, con todas sus contradicciones, el deseo de vivir después de la catástrofe.
Esto es lo que me dijo mi psicólogo un día que llegué llorando a la consulta. En ese momento yo trabajaba como directora de marketing y llevaba meses agotada física, mental y emocionalmente. No tenía ni fuerzas ni ganas de nada y había perdido la ilusión por completo. Es lo que se conoce como burnout.
Cuando mi salud empezó a verse seriamente afectada y en la empresa amortizaron mi posición, decidí hacer un alto en el camino y pararlo todo. Pero al plantearme la pregunta "¿Qué quiero hacer con mi vida?", me di cuenta de que no tenía la respuesta, ni siquiera sabía por dónde empezar. Y así arrancó un proceso de cambio que transformó una situación dolorosa en una oportunidad para dejar de sobrevivir y empezar a vivir.
El neoliberalismo no puede comprenderse solamente como un modelo o una política económica. A lo largo de su desarrollo se ha constituido como un modo de articular y normar todos los aspectos de la vida en su conjunto, de regular las relaciones entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Así, el neoliberalismo se ha ido consolidando día a día como una racionalidad dominante, que no todos quieren ver y mucho menos cuestionar. Sin embargo, no es la única manera en la que el mundo puede ser.