Septiembre, 1907. Movido por los celos, el joven traductor ruso Nikolái Naumov dispara contra el conde Kamarowski en su palacio de Venecia al saber que contraerá matrimonio con la mujer que ama en secreto. Cuando el conde muere, la investigación policial apunta a su prometida, la condesa Tarnowska, como instigadora del crimen pasional junto con otro de sus amantes, el abogado Donato Prilukov. Tres años después comienza el juicio más escandaloso de la época, un proceso que sacudió los cimientos de la sociedad, revolucionó la prensa y cambió el sistema legal judicial admitiendo el psicoanálisis freudiano. Señalada como la primera femme fatale del siglo XX surgen dudas: ¿es la condesa culpable o inocente? ¿Víctima o verdugo? No hay crimen sin historia. La condesa maldita narra los días de una mujer arrolladora que coleccionó amantes, desafió los tabúes más férreos del momento y nunca renunció a su libertad.
Año 1664. Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera, es nombrado virrey de la Nueva España por Felipe IV para atender una importante misión secreta. El rey sospecha, advertido por las visiones de sor María Jesús de Ágreda, una monja con el poder de la bilocación, que en México se está fraguando una conspiración contra él.
El marqués recurre a su hombre de confianza, Taranis de Cárabes, que se desplaza hasta el lejano norte chichimeca para averiguar lo que ocurre. Allí conocerá a Azdsáán atsáhaa, una indígena dos espíritus que se convertirá en su compañera inseparable y en su prohibido objeto de deseo. En aquellas tierras de frontera destaparán una trama de tráfico de esclavos indígenas y de explotación de minas de plata a espaldas del reino. La conjura ha sido orquestada por La Rueda, un grupo que conspira para hacer caer al rey de España y que ha logrado infiltrar en la misma corte del virrey a adeptos que tratarán de desestabilizarlo de mil formas, atentando incluso contra la vida de su mujer y de su hija.
La primera guerra judeo-romana de 66-73 d.C. fue una lucha que tuvo enormes consecuencias, no sólo para los judíos, sino para la civilización occidental en su conjunto. La conquista de Jerusalén fue una historia trepidante que pone de manifestó, tanto las complejidades del combate, como las maniobras políticas y los aspectos religiosos que influyeron en el resultado de la lucha militar Dando-Collins detalla el conflicto desde ambos lados de la campaña de siete años. Su examen de la revuelta se basa en numerosos descubrimientos arqueológicos y forenses realizados en los últimos años para iluminar a las personas y los acontecimientos como nunca antes habían sido vistos. Ninguno de los bandos sale indemne del conflicto. Ambos fueron heroicos y bárbaros a partes iguales. Al final, los luchadores por la libertad de los judíos perdieron la guerra y Jerusalén, su ciudad santa, el centro de la campaña de ambos bandos. Sin embargo, hoy Jerusalén vuelve a ser el corazón de la fe judía, mientras que, gracias al cristianismo, el Imperio Romano y sus dioses han desaparecido.
El 12 de febrero de 1781 una expedición española conquistaba el remoto fuerte inglés de San José, cerca del lago Míchigan. España extendía así su dominio a ambas orillas del Misisipi y marcaba una nueva frontera en el corazón de Norteamérica. Era el apogeo de su vasto imperio.
La conquista española olvidada rescata no sólo la épica toma de aquel estratégico puesto, tras una odisea de setecientos kilómetros sobre el hielo y la nieve en lo más crudo del invierno, sino también la desconocida historia de la Luisiana española, un inmenso territorio que se extendía desde el golfo de México hasta el borde con Canadá, y la entrada de España en una guerra a gran escala contra Londres que propició la independencia de las colonias británicas y el nacimiento de los Estados Unidos de América.
Tras rastrear archivos a ambos lados del Atlántico, el autor ha accedido al acta del siglo XVIII por el que los españoles tomaron posesión del fuerte San José y la amplia región al sur de los Grandes Lagos, de Illinois a Míchigan. Nunca hasta ahora se había reproducido el original, que dormía el sueño de los justos en una biblioteca de California. Lejos de ser una mera anécdota, aquella incursión impactó de lleno en la negociación de las fronteras entre España y los Estados Unidos, como demuestran las cartas desde París del propio Benjamin Franklin, una disputa que se alargó durante años.
Comienza el verano en Arcachon, una pequeña ciudad de provincias francesa, y Simone Leblanc se propone reabrir el taller de costura fundado por su abuela. Impulsada por la fuerza de su creatividad, y con ayuda de Teresa, su ama de llaves y confidente, trabajan en la remodelación y al inicio de la temporada sus diseños ya están expuestos en el escaparate y el taller vuelve a llenarse de clientes.
Pero Simone aspira a más: se libera del corsé, aligera los vestidos, prefiere el lino y el algodón a la seda, experimenta con los trajes de baño, creando patrones simples con géneros rompedores para su época. Hasta que una veraneante parisina, quien se presenta como Gabrielle Chanel, irrumpe en la tienda y, con su gran ojo para reconocer el talento ajeno, le propone trabajar juntas. Así comienza una colaboración que revolucionará la indumentaria femenina y sentará las bases de la nueva elegancia, llevándolas de un balneario de la costa atlántica al París de la Primera Guerra Mundial, y de la Cuba de los años treinta a la Francia ocupada por los nazis, y se desarrolla una sinuosa y compleja amistad con inesperado desenlace. Wendy Guerra combina realidad y ficción, su talento literario y su pasión por la moda para entretejer el destino de estas mujeres que no dudarán en arriesgarlo todo por cumplir sus sueños.
Jean-Marie Gustave Le Clézio es uno de los novelistas franceses más celebrados y leídos en su país desde que, en 1963, ganara el renombrado Premio Renaudot con su primera novela, Le procès-verbal. Lo curioso es que, tras haber escrito más de treinta libros y haber sido traducido en el mundo entero, en nuestra lengua aún siga siendo prácticamente desconocido. Con la publicación de La cuarentena queremos remediar este incomprensible «descuido» y situar por fin a Le Clézio, también entre nosotros, en el lugar que merece.
Corre el año 1872 cuando en una taberna parisiense irrumpe desafiante el poeta Arthur Rimbaud y amenaza a la clientela. Diecinueve años después, Jacques Archambau, un joven médico que de niño asistió atónito a la tormentosa escena y que ignora cuán ligado se halla su destino al del célebre poeta, embarca en el Ava con su esposa Suzanne y su hermano Léon rumbo a la isla Mauricio, su tierra natal. Allí les espera el gran clan familiar que antaño expulsara al padre de Jacques y Léon. Sin embargo, tras declararse dos casos de cólera en el barco, los pasajeros -un puñado de europeos y multitud de indios contratados para la recolección de la caña de azúcar- se ven obligados a desembarcar en la isla Plate, frente a Mauricio, para pasar la cuarentena. Abandonados a su suerte, verán convertirse la paradisiaca isla en un infierno del que no saben si saldrán con vida. Frente a un Jacques perplejo y una Suzanne tal vez ya contagiada, Léon volverá los ojos hacia la isla, hacia la joven y bella india Suryavati. Hacia la vida.