The Lady knows the stories: how her eyes induce madness in men.
The Lady knows she will be wed to the Scottish brute, who does not leave his warrior ways behind when he comes to the marriage bed.
The Lady knows his hostile, suspicious court will be a game of strategy, requiring all of her wiles and hidden witchcraft to survive.
But the Lady does not know her husband has occult secrets of his own. She does not know that prophecy girds him like armor. She does not know that her magic is greater and more dangerous, and that it will threaten the order of the world.
She does not know this yet. But she will.
El amor destruye tanto como la guerra.
Después de enfrentarse a quienes buscaban silenciar su voz y a las intrigas de Mishnock, Emily termina como prisionera de quien creía que era el amor de su vida. Ahora, lejos de su familia y atrapada en un territorio desconocido, se ha convertido en la clave de los acuerdos de paz entre los dos reinos enemigos y su corazón empieza a debatirse entre dos mundos irreconciliables.
En medio de la opulencia de la corte y las sombras de la traición, y mientras el destino de los reinos pende de un hilo, Emily se arriesgará a vivir un romance que la obligará a desafiar sus convicciones. ¿Será posible para ella entregarse a la pasión con el hombre al que le han enseñado a odiar sin poner en riesgo su libertad y sus ideales?
En la segunda parte de El perfume del rey, que se ha convertido en un éxito de ventas en toda América Latina, nos sumergimos aún más en un universo donde el amor y la lealtad se enfrentan en un escenario de peligros políticos y sentimientos prohibidos.
En el último cuarto del siglo XX, las sociedades europeas experimentaron cambios económicos, políticos, sociales y culturales de primera magnitud, que obligaron a todos los actores políticos a redefinir sus proyectos y sus actuaciones. Particular relevancia adquirieron las dos crisis económicas de los años setenta, que facilitaron el inicio de la denominada «revolución conservadora», también favorecida por el agotamiento de la ola izquierdista del «largo 68» y, posteriormente, la crisis y el derrumbe del bloque soviético.
En ese marco, la posición de las formaciones políticas conservadoras se reforzó en toda Europa, aunque con diferencias, en algunos casos notables, entre los diversos países.