Años cincuenta, Irlanda rural. Un tipo solitario se encuentra con un coche misteriosamente vacío en medio de un campo. Sabe que no debe acercarse, pero es incapaz de evitarlo y pronto se ve envuelto en un inquietante caso de desaparición: un hombre asegura que su esposa podría haberse arrojado al mar.
Llamado desde Dublín para investigar, el inspector Strafford recurre rápidamente a su viejo aliado, el brillante e imperfecto doctor Quirke, un hombre con quien está vinculado de maneras cada vez más complejas. A medida que avanzan en la investigación, el pasado vuelve con fuerza, amenazando con cambiar la vida de todos y cada uno de ellos.
Es otoño en Maine y Bob Burgess, el abogado del pueblo, está inmerso en la investigación de un asesinato, mientras entabla una profunda amistad con la aclamada escritora Lucy Barton, que vive calle abajo con su exmarido William. Juntos, Lucy y Bob salen a pasear y hablan de sus vidas, de sus miedos y remordimientos, y de lo que podría ser o haber sido. Lucy, por su parte, conoce por fin a la mítica Olive Kitteridge, que ahora vive en una urbanización de jubilados a las afueras de la ciudad. Pasan las tardes en el apartamento de Olive contándose historias sobre personas que han conocido «vidas no registradas», las llama Olive y, de paso, llenando de significado las suyas propias.
Roma, 1960. Mientras un Andre Aciman adolescente observa el puerto de su nueva ciudad, su madre se preocupa por el equipaje: treinta y dos maletas y baúles que contienen todo su mundo. Acaban de llegar a Italia desde Alejandría, hogar que han tenido que dejar atrás. Su padre sigue en Egipto y ahora Andre es el cabeza de familia. Solían tener una buena vida, pero todo vestigio de su estatus se ha esfumado tras su huida.
El autor, su hermano pequeño y su madre se mudan a un apartamento de la capital italiana que justo antes de su llegada se usaba como burdel. Mientras buscan la manera de encontrar su sitio en la ciudad, el autor se encierra en su habitación para leer un libro tras otro.
Estas son las primeras palabras que repite el protagonista de esta original novela. En un principio, parece que no es más que un niño de doce años que escribe un diario porque tiene miedo a su madre, a los espejos, a las hormigas... pero su temor más grande es que muera Violette, la mujer que lo ha cuidado desde que murió su padre. Desgraciadamente, a Violette no le queda mucho tiempo y él se quedará solo con una madre que nunca lo ha querido. Hasta aquí no parece que el suyo sea diferente a cualquier otro diario. Sin embargo, sus intenciones van mucho más allá de la mera recopilación de estados psíquicos: quiere escribir acerca de su cuerpo y de todos aquellos descubrimientos que experimenta a través de este.
Alain y Camille, amigos desde la infancia, contraen matrimonio con el beneplácito de sus familias. Alain está satisfecho con la unión, cuyo principal atractivo reside en la belleza idealizada de la esposa prudente y pasiva. Pero la vida en común con la Camille de carne y hueso le revelará que la imagen que tenía de ella contrasta inevitablemente con su exuberancia real. El descubrimiento de esta íntima desavenencia lo dejará a merced de otros anhelos, simbolizados por la gata Saha, sublime quimera que dominará la vida de Alain y se convertirá para Camille en una temible rival... Una novela tan sutil como mordaz en que Colette subvierte los tópicos del triángulo amoroso para indagar en las servidumbres de la devoción y en el conflicto entre fantasía y experiencia.
En una villa a las afueras de Zúrich vive el anciano Dr. Stotz, rodeado de retratos de una mujer joven. Melody fue una vez su prometida, pero poco antes de la boda, hace más de cuarenta años, ella desapareció. Stotz nunca se recuperó de su pérdida y ha dedicado su vida a buscarla. Sabedor de que le quedan pocos meses de vida, y con el fin de poner orden en su patrimonio y su legado, Stotz contrata a un joven que necesita urgentemente un trabajo. Poco a poco, a medida que se adentra en los papeles, Tom empieza a preguntarse si Stotz es realmente quien pretende ser, si su vida ha sido la que él cuenta y si Melody existió. Melody es un thriller contemporáneo en el que la verdad tiene muchas caras. Una historia maravillosamente romántica, una lectura cautivadora, ambientada en Zúrich y Grecia, cuya trama da innumerables giros y vueltas que mantienen a los lectores clavados en el sillón hasta la última página.
La sombra del cardo es una pentalogía que incluye algunas de las novelas más exitosas de la literatura japonesa de las últimas decadas: Azami, el club de Mitsuko; Hôzuki, la librería de Mitsuko; Suisen, el gato de Gorô; Fuki-no-tô, la granja de Atsuko y Mama, el caracol de Taro.
En Japón, los gatos son símbolo de buena suerte y dicen que, si eres amable con ellos, algún día te devolverán el favor. Pero resulta que si, además, te portas bien con el felino adecuado, puede que este te invite a entrar a una cafetería que no es como las demás, ya que no tiene una ubicación ni un horario fijo y se muestra solo a las personas que se encuentran en un momento crucial.
Mientras los clientes de El Café de la Luna Llena disfrutan de sus deliciosos dulces, cafés y tés, un gato muy carismático lee su carta astral para así hacerles ver en qué punto han tomado el rumbo equivocado y devolverlos al camino que las estrellas tienen reservado para ellos.
Atraco a mano armada, difamación, asesinato, conspiración, sustracción de obras de arte, composición de poemas elegiacos a la muerte de Hitler. De Verlaine a Burroughs, de Norman Mailer a Hans Fallada, de Giacomo Casanova a Curzio Malaparte, muchos han sido los literatos que, a lo largo de la historia, han purgado sus ofensas y delitos en la cárcel. Y han sobrevivido para contarlo. Chester Himes o Jean Genet se pasaron buena parte de su vida en el fondo de un calabozo infecto. Otros, como el Marqués de Sade o Heinrich von Kleist, iniciaron sus carreras literarias tras los barrotes de una prisión. Incluso se han dado casos, como los de Louise Michel o Goliarda Sapienza, de escritoras que experimentaron una irónica sensación de emancipación y libertad tras entrar en presidio.