Tres hermanos. Dos mundos. Una nueva misión.
Telmo, Carmina, Mía y Sammy jamás habían vivido algo así. Ahora, los hermanos Lobo están más unidos que nunca, y algo especial se ha despertado entre Telmo y su amiga Carmina. Pero las jugarretas de Sander y el loco de su vecino Atanasio Carpintero no son nada comparado con Vértigo.
De vuelta en otra dimensión, tienen un nuevo objetivo: salvar al teniente Alonso Lobo. Para encontrar a su padre, deben hallar el tesoro, y no será fácil. Se las verán con una isla llena de secretos, un grupo de piratas sin piedad y un nuevo enemigo muy peligroso…... Tendrán que ser más rápidos, más inteligentes y más audaces que nunca si quieren lograr su misión. Y, sobre todo, deberán permanecer unidos.
Tic-tac, tic-tac… ¿Serás capaz de superar esta aventura?
Para Julia, enfrentarse a los malos es pan comido. Después de todo, es la única detective de la escuela del Sagrado Riñón con una placa ganada con su esfuerzo. Pero justo cuando ella y su compañero Sergio se preparan para enfrentarse a Álex, el mayor abusón de la escuela, se oye un grito desde la biblioteca.
De repente, no oyen a nadie, y solo tienen el vago recuerdo de un objeto dorado balanceándose, pero Julia, Sergio y Álex están decididos a averiguar qué ha sucedido.
Cuatro sospechosos.
Cuatro armas.
Cuatro lugares.
¿Podrás encontrar al culpable antes que Julia y sus amigos?
¿Y si los protagonistas de los mitos fueran reales y tus decisiones pudiesen cambiar el destino del mundo?
Ya, a mí también me pareció una locura hasta que me sucedió.
Me llamo CLEO, y mudarme a una nueva ciudad no estaba precisamente entre mis cosas favoritas del mundo. Tampoco lo eran las clases de Cultura Clásica, aunque sí que fascinaban a mi nuevo amigo, LEO.
Por si fuera poco, ARES, nuestro profesor cree que tenemos algo en común... Parece ser que una misteriosa profecía nos une al destino del mundo (¡lo normal, vaya!).
Si ya veía complicado aprobar la asignatura, imagínate ahora, que además debemos luchar contra sus protagonistas... e intentar no morir en el intento.
Este volumen reúne toda la narrativa breve de la autora que insufló vida a las inquietudes universales de la existencia cotidiana o los eternos interrogantes de la condición del ser humano. Autora de brillantes y personalísimos relatos que figuran entre los más emblemáticos de la literatura brasileña, Clarice Lispector está unánimemente considerada como una de las más importantes voces del siglo XX. Su figura y su legado irradian hoy en día el mismo magnetismo que ha conseguido cautivar a los lectores de todo el mundo desde que apareciera publicado su primer libro.
García Márquez traza la historia de un amor que no ha sido correspondido por medio siglo. Aunque nunca parece estar propiamente contenido, el amor fluye a través de la novela de mil maneras: alegre, melancólico, enriquecedor, siempre sorprendente.
«La de don Gabriel es una sombra que ilumina. Y sigue presente [...] porque es un tipo que nos pertenece todos, porque es un clásico.»
Darío Jaramillo
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
«Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro.
Encontró el cadáver cubierto con una manta en el catre de campaña donde había dormido siempre, cerca de un taburete con la cubeta que había servido para vaporizar el veneno.»
A menudo, creemos que para cambiar nuestra vida tenemos que embarcarnos en un gran viaje o encontrar una revelación repentina. Mientras tanto, la vida se nos escapa. Y el problema no es que, antes o después, vayamos a morir, sino morir sin haber empezado a vivir. Esperar que nuestra vida cambie por sí sola es dejarla en manos de un mundo que no podemos controlar, pasando por alto todo lo que sí depende de nosotros