Años cincuenta, Irlanda rural. Un tipo solitario se encuentra con un coche misteriosamente vacío en medio de un campo. Sabe que no debe acercarse, pero es incapaz de evitarlo y pronto se ve envuelto en un inquietante caso de desaparición: un hombre asegura que su esposa podría haberse arrojado al mar.
Llamado desde Dublín para investigar, el inspector Strafford recurre rápidamente a su viejo aliado, el brillante e imperfecto doctor Quirke, un hombre con quien está vinculado de maneras cada vez más complejas. A medida que avanzan en la investigación, el pasado vuelve con fuerza, amenazando con cambiar la vida de todos y cada uno de ellos.
Un libro que profundiza en los diferentes caminos que dan sentido a la existencia: autoconocimiento, mirada, propósito, valores y espiritualidad.
En estas páginas, la autora reflexiona sobre aquellos caminos que ayudarán al lector a alcanzar una existencia más plena y significativa.
" La motivación de descubrir el gran misterio que somos y el valor que tenemos dentro de nosotros.
" Abrazar el cambio, porque sin el no hay evolución.
" Convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos a traves de la práctica de los valores.
" Enfocar la mirada en la belleza, en la naturaleza, en la cultura y en el arte.
" Poner en práctica nuestra creatividad para el emprendimiento y la creación de la marca personal.
" Viajar para explorar otras maneras de ser y estar en el mundo.
" La espiritualidad como un camino para alimentar la vida interior y colmar el anhelo de trascendencia.
" Crear comunidad y experimentar la magia que hay en la dinámica del amar y ser amado.
" Construir un legado que recuerde nuestra existencia como la familia y las obras.
" Dejar una buena huella en la sociedad.
En los pasillos de esta novela, una mujer se repite y multiplica. Se parte en dos. En este mundo feroz donde el dolor persigue y es difícil encontrar un lugar, una de ellas elige la renuncia y el escape; la otra permanece siguiendo su propio rastro. Algo sucede en su cerebro. En ese trance, cuando sus recuerdos, sueños y miedos se entrecruzan en un presente continuo, ellas se preguntan si el pulso de su deseo es seguir viviendo. Isla partida es una novela fractal, deforme, poliédrica, una escritura del delirio que retrata un pensamiento desordenado, estremecido, fuera de los límites; una casa de los espejos hecha de lenguaje. ¿Qué es el mundo sino un manojo de percepciones que una mente ordena y describe con palabras? ¿Es la realidad el resultado de una escritura en código, definido por la sinapsis? Si esto es así, ¿qué pasa cuando las neuronas aumentan su transmisión de iones, o un chorro de electricidad satura su comunicación y la desborda? ¿Puede la escritura dar cuenta de esa mente y las creaciones de sus descargas eléctricas? Con Isla partida estamos ante el trabajo más valiente y arriesgado de Daniela Tarazona. Una experiencia narrativa y poética donde cuerpo, memoria y delirio entran en tensión; una exploración de la mente y la escritura como campos electromagnéticos en la que distintas corrientes y voltajes chocan para recomponer el mundo y, por tanto, la identidad del yo.
John Dunbar, conocido como «el Basilisco», quiere dar la espalda a su pasado de brutalidad y errancia y vivir por fin en paz junto a su familia. Se asienta con Lucrecia y su hija, Felicidad, en el inhóspito Valle de las Rocas, en pleno territorio navajo. Sin embargo, hasta allí le perseguirán los enemigos más aterradores que haya conocido nunca, unos enemigos que no parecen proceder de su mismo mundo. Por su parte, Jon, el escritor creador de las aventuras del Basilisco, regresa a su pueblo natal. Pretende rehabilitar la vieja casa familiar e instalarse en ella. Mientras, en el lejano oeste, Dunbar acoge al hijo de un antiguo enemigo y duda del amor de Lucrecia, dificultades para las que su experiencia como pistolero no le ha preparado, Jon se topa con una rival que estuvo a punto de arruinarle la vida y que parece dispuesta a intentarlo de nuevo. Así, las vidas del personaje y su autor se aproximan hasta casi confundirse.
¿Es lo común de la muerte que todos seamos mortales? No es a eso, a una propiedad consustancial y compartida entre los seres vivos, a lo que se refiere el título de este libro. La muerte en común es, por un lado, un intento de pensar en las consecuencias de perder a alguien que te constituye como persona y, por otro, de reflexionar sobre qué sucede en la comunidad cuando esto ocurre. Si, según se dice, quien no sabe afrontar una pérdida recae en un duelo patológico, ¿qué sucede en una sociedad en la que no se sabe hacer duelo? ¿Hay duelos patológicos a nivel comunitario? ¿Qué impacto tiene la pérdida de un miembro de la comunidad en el todo? ¿Es solo una cuestión 'privada' que debe resolver cada uno en su casa? ¿Qué impacto pueden tener la desaparición de los rituales compartidos y el acortamiento del tiempo que nos damos para superar esta vivencia? Para responder a estas preguntas este ensayo parte del recorrido que une en el mundo antiguo las nanas infantiles con el canto fúnebre conocido como nenia y analiza el sentido de las consolaciones para poder pensar nuestro propio tiempo y nuestra manera de afrontar la pérdida.
Atraco a mano armada, difamación, asesinato, conspiración, sustracción de obras de arte, composición de poemas elegiacos a la muerte de Hitler. De Verlaine a Burroughs, de Norman Mailer a Hans Fallada, de Giacomo Casanova a Curzio Malaparte, muchos han sido los literatos que, a lo largo de la historia, han purgado sus ofensas y delitos en la cárcel. Y han sobrevivido para contarlo. Chester Himes o Jean Genet se pasaron buena parte de su vida en el fondo de un calabozo infecto. Otros, como el Marqués de Sade o Heinrich von Kleist, iniciaron sus carreras literarias tras los barrotes de una prisión. Incluso se han dado casos, como los de Louise Michel o Goliarda Sapienza, de escritoras que experimentaron una irónica sensación de emancipación y libertad tras entrar en presidio.