Estas son las primeras palabras que repite el protagonista de esta original novela. En un principio, parece que no es más que un niño de doce años que escribe un diario porque tiene miedo a su madre, a los espejos, a las hormigas... pero su temor más grande es que muera Violette, la mujer que lo ha cuidado desde que murió su padre. Desgraciadamente, a Violette no le queda mucho tiempo y él se quedará solo con una madre que nunca lo ha querido. Hasta aquí no parece que el suyo sea diferente a cualquier otro diario. Sin embargo, sus intenciones van mucho más allá de la mera recopilación de estados psíquicos: quiere escribir acerca de su cuerpo y de todos aquellos descubrimientos que experimenta a través de este.
Thea Fox tiene la vida que siempre quiso. Se ha convertido en una reconocida diseñadora de videojuegos, un trabajo que le ha permitido regresar a Redbud Hollow, el lugar donde transcurrió su infancia, junto a su querida abuela. Cuando descubre que su nuevo vecino es su amor platónico de la adolescencia, el guapo cantante líder de la banda Code Red, parece que la vida no puede ser mejor. Sin embargo, el camino para llegar hasta ahí no ha sido fácil. Thea, como su abuela, tiene una habilidad especial que le permite llegar a la mente y el alma de las personas. A veces, incluso puede ver el futuro. Para su abuela es un don, pero ella, desde el día en que presenció el asesinato de sus padres en un sueño, lo siente como una maldición. Gracias a su visión, la policía pudo atrapar al hombre que lo hizo y ponerlo entre rejas.
«Yo soy aquel», «Procuro olvidarte», «Soy rebelde», «Como yo te amo», «Se nos rompió el amor», «Dueño de nada», «El amar y el querer», «Señora», «Manuela», «Lo mejor de tu vida»… Son algunas de los cientos de canciones que Manuel Alejandro escribió para Julio Iglesias, Raphael, Plácido Domingo, Emmanuel, Rocío Jurado, El Puma, Luis Miguel, José José… y que se convirtieron en la educación sentimental de varias generaciones.
Con un lenguaje poético y un estilo inigualable, Vibraciones y elucubraciones de un escribidor de canciones son los sentimientos de una leyenda que comenzó en garitos de tercera acompañando al piano a un joven Raphael y acabó obteniendo la admiración del mismísimo Gabriel García Márquez, quien cantaba emocionado sus canciones, que se sabía de memoria. Es también la historia apasionante de un éxito arrollador de millones en ventas e innumerables reconocimientos. Y es, sobre todo, la historia de todas las personas que se enamoraron con sus canciones sonando de fondo.
¿Es lo común de la muerte que todos seamos mortales? No es a eso, a una propiedad consustancial y compartida entre los seres vivos, a lo que se refiere el título de este libro. La muerte en común es, por un lado, un intento de pensar en las consecuencias de perder a alguien que te constituye como persona y, por otro, de reflexionar sobre qué sucede en la comunidad cuando esto ocurre. Si, según se dice, quien no sabe afrontar una pérdida recae en un duelo patológico, ¿qué sucede en una sociedad en la que no se sabe hacer duelo? ¿Hay duelos patológicos a nivel comunitario? ¿Qué impacto tiene la pérdida de un miembro de la comunidad en el todo? ¿Es solo una cuestión 'privada' que debe resolver cada uno en su casa? ¿Qué impacto pueden tener la desaparición de los rituales compartidos y el acortamiento del tiempo que nos damos para superar esta vivencia? Para responder a estas preguntas este ensayo parte del recorrido que une en el mundo antiguo las nanas infantiles con el canto fúnebre conocido como nenia y analiza el sentido de las consolaciones para poder pensar nuestro propio tiempo y nuestra manera de afrontar la pérdida.
Atraco a mano armada, difamación, asesinato, conspiración, sustracción de obras de arte, composición de poemas elegiacos a la muerte de Hitler. De Verlaine a Burroughs, de Norman Mailer a Hans Fallada, de Giacomo Casanova a Curzio Malaparte, muchos han sido los literatos que, a lo largo de la historia, han purgado sus ofensas y delitos en la cárcel. Y han sobrevivido para contarlo. Chester Himes o Jean Genet se pasaron buena parte de su vida en el fondo de un calabozo infecto. Otros, como el Marqués de Sade o Heinrich von Kleist, iniciaron sus carreras literarias tras los barrotes de una prisión. Incluso se han dado casos, como los de Louise Michel o Goliarda Sapienza, de escritoras que experimentaron una irónica sensación de emancipación y libertad tras entrar en presidio.
En 1579, tras una larga travesía en barco repleta de adversidades, un esclavo africano de aspecto imponente llega a tierras japonesas. Secuestrado de su pueblo natal cuando era niño, vendido a mercenarios y condenado a luchar en numerosas batallas, el joven será ofrecido como trato diplomático ante la figura más poderosa del país, el daimyo Oda Nobunaga. Aunque proceden de mundos muy distintos, los dos hombres entablarán una relación de respeto y fidelidad legendaria, y la insólita capacidad del joven de proteger a su nuevo señor de amenazas tanto militares como políticas lo convertirá en el primer samurái de la historia nacido en el extranjero y el único de ascendencia africana. Craig Shreve da vida a un héroe olvidado combinando con maestría una emocionante trama de aventuras con un rico trasfondo histórico. La leyenda de Yasuke: el samurái africano nos lleva desde épicas escenas de batalla hasta una profunda exploración de las tensiones entre Oriente y Occidente, así como de la creación del Japón moderno.