Bruce Cable le cuenta a su amiga la escritora Mercer Mann una irresistible historia que bien podría convertirse en su nueva novela. Una poderosa empresa constructora está usando todos sus recursos para reclamar la propiedad de una isla semidesierta frente a Florida. Solo la última habitante del lugar, Lovely Jackson, se interpone en su camino.
Lo que la constructora desconoce es que se dice que Dark Isle está maldita: los ahogamientos, las desapariciones y la locura han sido el destino de los intrusos. Fue fundada por esclavos hace trescientos años y sus descendientes vivieron allí hasta 1955, cuando la última fue obligada a abandonarla. Lovely afirma ser su legítima propietaria, aunque no tiene ninguna manera de probarlo.
Pero con Cable, Mann y el abogado Steven Mahon luchando en su bando, la batalla solo acaba de empezar. Porque en esta isla con una historia violenta y misteriosa... el pasado nunca se deja atrás.
El hombre sin amor es la antología de los mejores relatos de Eduard Limónov, preparada solo unas semanas antes de su muerte. Estos ocho fragmentos de vida corresponden a un periodo muy concreto de la biografía de su autor y conforman algo parecido a una novela del desamor, o mejor, del desencuentro con el amor, mientras que el astro solitario que puebla sus páginas sería el héroe lírico que bascula día a día entre el éxito y la indigencia, entre el estupor y la venganza, entre la euforia de la carne y la sed de supervivencia.
Incluido en el apéndice del libro, Corpus L. es una acercamiento insólito a la figura del autor ruso. Tania Mikhelson parte de la supervisión minuciosa de los relatos presentes en el libro para entregarnos la más lúcida reflexión acerca de las pasiones que arrastraron a Limónov, más allá de su oficio literario; más allá, incluso, de su propio periplo biográfico; muy cerca del Hades primigenio donde moran los demonios que fuimos y —a eso nos exhorta el autor— que podríamos volver a ser.
Esta antología de textos, pertenecientes a todos los géneros y épocas de la literatura latina, ofrece una compilación de pasajes relativos al oscuro y abigarrado catálogo de personajes y fenómenos sobrenaturales (espectros, casas encantadas, licántropos o muertos vivientes, entre otros) que poblaban los temores y las fantasías de la Roma de la Antigüedad, un asunto poco frecuentado por los manuales históricos al uso, más dados a reflejar una imagen augusta y estereotipada de aquella civilización. En el libro se dan cita casi todos los grandes autores de las letras latinas, como Virgilio, Horacio, Séneca, Ovidio o Cicerón, pero también otros menos conocidos, como Floro o Valerio Máximo. La antología incluye, además, una pequeña selección de textos anónimos en soporte epigráfico —cultos unos, populares otros—, entre los que cabe destacar una serie de maldiciones y hechizos amorosos, que sorprenderán seguro a buena parte de los lectores.
¡Viaja por el mundo resolviendo misterios con Geronimo Stilton!
¿QUIÉNES SON LOS CAZADORES DE MISTERIOS?
Unos tipos roedores que...
*Aman la aventura y los helados (¡mejor si son de queso gorgonzola!).
*Se divierten, incluso en los momentos más críticos (cuando el helado se derrite...).
*Van más allá de los límites de la realidad (¡para ellos nada es imposible!).
*Viven camuflados (fingen ser... ¡heladeros!).
En Ratonia están por todas partes, donde menos te los esperas. ¿Cómo puedes reconocerlos?
*Tienen un lenguaje secreto (su contraseña es... ¡helado de mascarpone!).
*Se guiñan el ojo continuamente (¡pero a escondidas de los demás!).
*Llevan una chapa dorada (¡en forma de helado!).
¿Quieres ser uno de ellos? Sumérgete en la aventura y... ¡no le quites ojo a los helados!
Este libro invita a caminar por las calles empedradas y plazas históricas de la primera gran urbe fundada por España en el Nuevo Mundo. A través de sus páginas, descubrirás relatos fascinantes, anécdotas sorprendentes, y leyendas que han dado forma a la identidad de esta ciudad primada.
Kin Sánchez Fernández nos invita a un recorrido donde los monumentos dejan de ser meros vestigios del pasado y se llenan de vida con las historias cotidianas de personajes extraordinarios, cuyas vidas les imprimieron su color y esencia. Desde antiguas plazas hasta estrechos callejones, este viaje nos revela los secretos ocultos en cada rincón de la Ciudad Colonial.
Encuentrar el Callejón de los Curas en la ruta Billini-Colón, apreciar la belleza de la Capilla de los Remedios en la ruta de Las Damas, localizar la casa fatídica en la ruta de San Francisco a Las Mercedes, oír el eco del trabucazo en la ruta de la Independencia, admirar el valor de los documentos expuestos en el Convento de los Dominicos en la ruta de Los Trinitarios, y para los más aventureros, entrar al Callejón de Bacafar en la ruta de Santa Bárbara.
La diferencia entre las incisiones antiguas y las nuevas se borrará con el tiempo y sólo quedará, sobre la corteza, una única inscripción, un libro con un mensaje principal: Aquí estuvieron dos amigos, dos hermanos.»
El hijo del acordeonista recorre, como si se tratara de un mosaico hecho con distintos tiempos, lugares y estilos, la historia de dos amigos: Joseba y David. Desde los años treinta hasta finales del siglo XX, desde Obaba hasta California, de la infancia en la escuela a los infiernos de la guerra y de la violencia, el autor aborda de forma valiente el tema de la memoria, la nostalgia, la amistad y también de la tristeza del que deja su tierra sabiendo que no volverá. Y en el centro de las múltiples ramificaciones de este relato, la única posibilidad de salvación frente a las circunstancias más dramáticas: el amor.