Desde que publicara su primer libro en 1984, Miguel Ángel Fornerín ha venido edificando, libro a libro, una obra que sobrepasa ya los veinte títulos, a la que hay que añadir una copiosa producción periodística, que ha difundido la literatura y la cultura caribeñas tanto en el ámbito académico como en la prensa diaria. Se persigue, de este modo, un lector especializado, inclinado a la especulación, pero sin desdeñar la curiosidad de aquellos que frecuentan los periódicos.
Era hora, pues, de someter a escrutinio la labor intelectual de Fornerín, y ofrecer, en conjunto, las principales conclusiones de esta evaluación, realizada —conviene subrayarlo— por un diverso número de estudiosos y desde variadas perspectivas. De los trabajos recopilados se desprende una evidencia: Fornerín ha superado con excelente calificación el examen de la crítica.
Robar un corazón es la misión más peligrosa.
Ronan está convencido de que me quiere a su lado y hay una parte de mí que lo desea, aun cuando estoy planeando traicionarlo. No solo soy una ladrona, sino que además mi misión es robar tres reliquias mágicas en su corte, la del reino que quiere que gobierne junto a él.
Y por otra parte está Finn, todo lo que siento por él, la forma en que mis poderes surgen cuando está cerca de mí y la atracción que intento evitar pero que es innegable.
¿Qué pensarían los dos si supieran que estoy dispuesta a traicionarlos por salvar a mi hermana? ¿Que soy capaz incluso de ignorar a mi corazón?
Esta tierra que recibió poetas y escritores como parte del proceso colonizador y además encontró espacios para la poesía oral en las culturas aborígenes y africanas, brindó un soporte inicial a lo que es hoy la República Dominicana. Por lo que se puede decir que los vientos poéticos han surcado estas tierras desde siempre.
Pero en rigor literario, la poesía dominicana nace después de la independencia con la presencia formal de escritores como José Joaquín Pérez, Salomé Ureña y Gastón Fernando Deligne, para mencionar a quienes, en el siglo xix junto a otros, crearon los cimientos líricos en que se sustenta nuestra poesía.
El siglo xx reafirmará este género con mayor fuerza, continuidad y madurez dentro de los géneros literarios que occidente acepta como tales.
El vedrinismo y el postumismo buscarán, cada uno desde su óptica, caminos en que sustentar la estructura textual que se presenta como innovadora y de ruptura. Los sorprendidos reaccionarán contra el nacionalismo literario postumista haciendo un llamado a juntar nuestra poesía con el hombre universal. Al mismo tiempo, varios poetas independientes completaron el momento más alto de nuestra historia literaria. Cada uno fortaleciendo senderos individuales hacia la excelencia.
Una obra insólita, auténtico estímulo para la lectura y uno de los grandes fenómenos de la edición francesa.
Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: «En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura», dice el autor, «sino una tentativa de reconciliación con el libro».
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescriptibles del lector (derecho a no terminar un libro, a releer... incluso a no leer).
«Pennac demuestra que se pueden escribir ensayos evitando toda jerga y toda pedantería» (Jacques Nerson, Le Figaro).
El destino de todo un reino está en sus manos. La segunda parte del romance fantástico Un reino de promesas malditas.
La esperada continuación de Un reino de promesas malditas.
Más allá de los muros del castillo sale el sol y los pájaros cantan, pero el Palacio Dorado está cubierto por un velo de noche. Mi noche. Mi oscuridad. Mi poder.
Tras todo lo que he vivido desde que llegué a Feéra para encontrar a mi hermana, jamás pensé que la traición se enroscaría en mi corazón de esta forma. He caído en la peligrosa red de mentiras que yo misma tejí por culpa de lo que siento por Ronan y Finn, los dos príncipes en quienes no confío. Pero no me importan la profecía ni mi destino implacable. El poder que corre por mis venas es más fuerte que nunca y ahora no podrán detenerme.