Fue en Eichmann en Jerusalén donde Hannah Arendt empleó por vez primera la expresión «la banalidad del mal». Su consternación ante el hecho de que un hombre que no era un monstruo pudiera actuar como agente del mal más extremo fue objeto de burla, indignación e incomprensión. La tormenta provocada por esa controversia indujo a Arendt a abordar nuevamente las cuestiones e inquietudes fundamentales suscitadas en torno a la naturaleza del mal y la elección moral. Responsabilidad y juicio reúne una serie de escritos correspondientes a la última década de la vida de Arendt, cuando se esforzaba por explicar el sentido de Eichmann en Jerusalén.
El núcleo de este libro es una profunda investigación ética: «Algunas cuestiones de filosofía moral»; en él Arendt aborda la insuficiencia de las verdades morales tradicionales como normas para juzgar lo que somos capaces de hacer y examina desde una nueva óptica nuestra capacidad para distinguir el bien del mal. Y lo justo de injusto. Vemos allí cómo Arendt viene a darse cuenta de que, junto al mal radical del que se había ocupado en anteriores análisis del totalitarismo, existe una forma más perniciosa de mal cuya ejecución no tiene límites cuando el que lo comete no siente remordimientos y es capaz de olvidar sus actos rápidamente.
En un tranquilo complejo residencial para jubilados, cuatro improbables amigos se reúnen una vez a la semana para investigar antiguos asesinatos sin resolver. Ellos son Ron el Rojo, mítico activista de los años sesenta y setenta que no ha perdido sus ganas de gresca; la dulce Joyce, una enfermera viuda no tan ingenua como aparenta; Ibrahim, un veterano psiquiatra con una increíble capacidad de análisis, y la tremenda y enigmática Elizabeth, quien, a sus ochenta y un años, lidera este grupo de detectives aficionados.
Cuando un promotor inmobiliario de la zona es hallado muerto, este peculiar Club del Crimen de los Jueves se encuentra con su primer caso actual. Ha llegado el momento de que estos octogenarios «saquen sus ases» de la manga y demuestren de lo que son capaces.
Bienvenidos al Club del Crimen de los Jueves.
La falla geológica de San Andrés, que recorre de norte a sur el estado de California, es una de las más estudiadas del planeta y la más temida en Estados Unidos. Pero un poco más hacia el norte existe otra falla, la zona de subducción de Cascadia, mucho menos conocida pero capaz de provocar terremotos todavía más devastadores.
El gran terremoto es un reportaje que causó un enorme revuelo cuando se publicó en 2015 en The New Yorker y que fue galardonado con el premio Pulitzer. Schulz convierte la historia del descubrimiento de esta falla y de su potencial destructor en una apasionante investigación que nos invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad de las sociedades actuales frente a los desastres naturales.
«Una elegante narración de divulgación científica sobre la ruptura de la falla de Cascadia, una obra maestra del periodismo y la literatura medioambiental.» Jurado del premio Pulitzer
«Sus reconstrucciones del terremoto de Japón de 2011 y del que podría producirse en los estados de Washington y Oregón nos impactan tanto como las mejores obras de ficción.» The New Yorker
Cada texto que compone este libro me ha permitido liberar emociones, denunciar injusticias y representar escénicamente aquello que me rodea y me duele. Al leer, me he encontrado con un torbellino que me asfixia, me llena de rabia, angustia e impotencia. Pero al concluir, respiro aire
limpio, alzo la vista y descubro que, a pesar de la tormenta, hay un rayo de luz. Una pequeña piedra que puede pulverizar aquello que me hace explotar: la injusticia.
Mi propósito al escribir este libro es fomentar la empatía y el diálogo comunitario, promover el teatro como herramienta de transformación social, visibilizar las distintas formas de violencia que enfrentan las mujeres y cómo esta se oculta en la rutina, en la mirada social, en el silencio.
¿Cómo se convierte un actor en un personaje que respira, siente y transforma?
Esta guía no ofrece fórmulas mágicas ni atajos vacíos. Ofrece experiencia viva. Con más de 30 años de experiencia en el oficio, la autora comparte herramientas, errores, aciertos y verdades que todo actor—joven o veterano—necesita escuchar.
Desde el actor hacia el personaje es una invitación sincera a mirar el arte de actuar con profundidad, entrega y honestidad. Desde la preparación del cuerpo, el casting, el trabajo de investigación hasta el marketing del actor, esta guía recorre cada etapa con claridad, humanidad y visión práctica.
No importa en qué etapa de tu carrera estés. Aquí encontrarás una mano aliada, un espejo y, quizás, un impulso para redescubrir por qué decidiste actuar.
¿Cómo se alcanza el poder?
¿Cómo conservarlo?
El poder puede cambiar de forma o pasar de manos, pero siempre está ahí.
Nicolás Maquiavelo escribió El príncipe pensando en los gobernantes de su tiempo, pero, como el coronel Pedro Baños nos revela, sus ideas se pueden aplicar a lo que hoy llamamos líder, ya ejerza sus funciones en la política, en el terreno militar, en la empresa o incluso cuando se trata de un liderazgo social.
Este sagaz diálogo que Pedro Baños mantiene con Maquiavelo a través de los siglos nos permite entender las maneras de obtener el poder, cómo ganar la confianza y el respeto de los ciudadanos, la importancia de las alianzas y la prevención no solo ante los enemigos declarados, sino también ante los propios amigos. Aunque los líderes actuales deben adaptarse a un mundo complejo, no les conviene olvidar los aciertos y errores del más prestigioso influencer de todos los tiempos: Nicolás Maquiavelo.
Truman Capote fue un maestro de las formas breves y un agudo observador y cronista de su época. Las semblanzas que reúne en este volumen son una buena muestra de ambas virtudes. Capote escribe –a veces con ternura, otras con perfidia, siempre con un estilo admirable– sobre figuras que han conformado nuestro imaginario colectivo, trazando una serie de magistrales retratos como el dedicado a las andanzas japonesas de Marlon Brando durante el rodaje de Sayonara; el ya mítico perfil de Marilyn Monroe; una bellísima rememoración en claroscuro de Tennessee Williams; una emotiva aproximación a Elizabeth Taylor; un acercamiento a «esa leyenda moderna» que fue Jane Bowles y otro al arte fotográfico de Cecil Beaton.
Y son precisamente los retratos de otro fotógrafo, Richard Avedon, los que inspiran a Capote una serie de certeros perfiles, empezando por el del propio Avedon, y luego, pasando revista a un socarrón John Huston, un ambivalente Chaplin, una coqueta Coco Chanel, un moribundo Somerset Maugham, un errante Ezra Pound, una anciana y fascinante Isak Dinesen, una Mae West de carne y hueso, un Louis Armstrong captado desde la mirada infantil, un Gide que reflexiona sobre Cocteau, un Bogart retratado a través de sus palabras fetiche, un Picasso tan genial que podría provocar instintos asesinos y un Duchamp iconoclasta que bien podría ser su reverso.
En esta obra exquisita sobre los orígenes del libro, Irene Vallejo recorre la historia del asombroso artefacto que nació hace cinco milenios, cuando los egipcios descubrieron el potencial de un junco al que llamaron «papiro». Con gran sensibilidad y soltura narrativa, la autora se remonta a los campos de batalla de Alejandro, los palacios de Cleopatra, las primeras librerías y los talleres de copia manuscrita, pero también visita las hogueras donde ardieron códices prohibidos, la biblioteca de Sarajevo y el laberinto subterráneo de Oxford en el año 2000. Los tiempos se funden en la aventura colectiva de quienes solo han concebido la vida en compañía de la palabra escrita. Y este ensayo acaba prolongando el diálogo infinito del que tan magistralmente nos habla.
Cuando vuelve de hacer compra, la criada Félicie descubre que han asesinado a su empleador, el jubilado Jules Lapie. Llamado a investigar, el comisario Maigret no tarda en darse cuenta de que esa joven poco agraciada sabe más de lo que dice, pero también de que su carácter soñador la hace proyectar en la realidad anhelos y fantasías románticas.
¿Cómo conseguir que confíe en él? ¿Y a quién protege con su silencio? Pocas veces un testigo ha causado tantos problemas al famoso comisario.