Aquí no hay capas ni escudos indestructibles: solo un sillón ortopédico,
una carpeta Montblanc y la convicción de que el poder
sirve, ante todo, para servirse.
El Procurador es una novela breve que se lee como un expediente
de la realidad de un país cualquiera en El Caribe: ministros todopoderosos,
presidentes bizcos de ambición, jueces usados como
chas de ajedrez y una sociedad atrapada entre la indignación y el
morbo de las redes sociales.
En el centro del escenario, un hombre convencido de ser intocable
planea su gran venganza contra La Jueza, símbolo de integridad y
de esos raros personajes que todavía creen en la justicia. Lo que
empieza como un montaje político se convierte en un espectáculo
nacional de manipulación, descrédito y circo mediático.
La autora de este libro narra de manera directa y veraz los acontecimientos de los que fue testigo durante el ametrallamiento de su casa y vecinos el 28 de abril de 1965, cuando entraron las tropas norteamericanas al barrio de San Juan Bosco.
Datos inéditos, detalles que respaldan lo narrado con una prosa ágil y clara, convierten este testimonio en un texto apasionante que aporta y amplía el registro de lo ocurrido durante la invasión norteamericana de 1965.