La obra más popular de Bertrand Russell defiende que el ser humano se debe mostrar activo en la conquista de la felicidad. Separado en dos apartados que desgranan con lucidez las causas tanto de la insatisfacción (las pasiones egocéntricas) como de la dicha (las que nos impulsan hacia fuera de nosotros mismos), el libro se compone de elementos que actúan por contraste —de la fatiga al entusiasmo, de la competencia al cariño—, a la manera de un espejo. «Cuantas más cosas interesen a alguien, más oportunidades de felicidad tendrá», afirmó el filósofo y matemático británico, para concluir que feliz es el que se siente parte del mundo y «goza libremente del espectáculo que le ofrece y de las alegrías que le brinda». Su texto sigue iluminando como pocos nuestra naturaleza insatisfecha y las opciones que tenemos para sobrepasarla.
Tras el brutal ataque que ha sufrido Dunmeaden, Aya ha desaparecido. Mientras Will la busca con desesperación, se le une Aison, quien se ha dado a la fuga tras utilizar sus poderes prohibidos durante la batalla. Sin embargo, lo que nadie sabe es que Aya ha sido secuestrada por la primera santa, Evie, quien, sedienta de venganza, planea unirse a Kakos para destruir a los dioses que la mataron hace quinientos años.
Ahora, Aya deberá decidir cuál es su verdadero destino: ¿podrá cumplir con la profecía y salvar al reino... o debería dejar que los dioses pagaran por lo que han hecho?
EGO Y SUPRACONCIENCIA
Buscando el sentido de la vida
Dr. Manuel Sans Segarra y Juan Carlos Cebrián
Editorial Planeta - 9788408307402
(9)
Medicina general y especialidadesNeurología
Sinopsis de EGO Y SUPRACONCIENCIA
«La muerte no existe; no es un proceso biológico, sino espiritual. La vida debe entenderse como una continuación hacia la vida después de la vida».
Para el doctor Manuel Sans Segarra, el ego (o nuestro falso yo) es lo que nos lleva a actuar dominados por envidias, rencores y competitividad. Si logramos entender que morir no es más que un trámite en el que nos desprenderemos de todo lo material, incluido nuestro cuerpo, y actuamos con el poder de la Supraconciencia (nuestro verdadero yo), alejaremos gran parte de la maldad que asola el mundo y acabaremos, además, con nuestra angustia vital. Este es el punto de partida de Ego y Supraconciencia, el esperado regreso a las librerías del doctor Manuel Sans Segarra tras el éxito mundial de La Supraconciencia existe.
Con un lenguaje sencillo y profundo a la vez, esta es una obra de aplicación práctica sobre la importancia de perder el miedo a la muerte, cómo detectar las trampas del ego y, finalmente, que anima a practicar la meditación para que aflore nuestra verdadera esencia.
Ciencia y espiritualidad se unen para ayudarnos a dominar nuestro ego y encontrar el sentido de la vida.
Entre los siglos IV y V d. C. el Imperio romano, en franca decadencia, experimentó una serie de cambios profundos. Y quizá el más importante de todos ellos fue la creciente influencia de la fe cristiana en las esferas de poder. Tradicionalmente los filósofos habían sido quienes a asesoraban a los gobernantes de Roma, pero poco a poco los obispos y otros creyentes cristianos fueron quienes ofrecieron un nuevo marco de pensamiento antiguo en el que los vínculos entre ciudadanos fueron sustituidos por una religión común que establecía una lealtad a un autócrata distante.
Peter Brown, la mayor autoridad en la civilización mediterránea de la Antigüedad tardía, analiza en esta obra cómo la enseñanza cristiana proporcionó un modelo para un imperio más jerárquico: los antiguos ideales de democracia dieron paso a la imagen de un gobernante glorioso que mostraba misericordia a sus súbditos. El resultado es uno de los ensayos más brillantes sobre esta época tan turbulenta como fascinante.
La controversia sobre las diferencias entre la democracia de los antiguos y la de los modernos y, en especial, a propósito de si es deseable la apropiación contemporánea de los modelos clásicos, perdurará entre nosotros mientras siga vivo el debate sobre cuál es el mejor gobierno.
Sin duda, en el surgimiento de esta cuestión fue decisivo el florecimiento renacentista de la filología clásica, reforzado más tarde por la incorporación de la historia a la nómina de las ciencias. Este libro asume el punto de partida analítico, desapasionado, neutral, que es consustancial a ambas disciplinas, y en este sentido está muy lejos de los acalorados partidismos que suscita con frecuencia la dicotomía entre lo antiguo y lo moderno.
La obra conjuga dos tipos netamente diferenciados de aproximación. Por un lado, se analizan distintos aspectos de la democracia antigua en su contexto histórico. Por otro lado, se estudian distintos casos del uso político y retórico que se hizo de las formas políticas de la Antigüedad durante la Modernidad.
Este libro advierte de que la historia de la contraposición entre antiguos y modernos es parte insoslayable de la controversia política desatada en los términos de B. Constant.
Antes de convertirse en una de las grandes cronistas de lo íntimo, Vivian Gornick escribía con la claridad furiosa de quien ha elegido vivir al servicio de una causa. Los textos reunidos en Por qué algunos hombres odian a las mujeres revelan a una pensadora radical, lúcida y vibrante, en plena efervescencia del feminismo de los años setenta. Desde las disputas ideológicas dentro del movimiento hasta las conversaciones aparentemente triviales en una peluquería del Upper West Side neoyorquino, sirven a Gornick para capturar el pulso de una transformación histórica. Y le sirven además para reflexionar sobre las diferencias entre las olas feministas, denunciar la misoginia soterrada –y no tanto– en autores consagrados como Norman Mailer, Saul Bellow o Philip Roth, y defender el poder político del testimonio personal en los grupos de autoconciencia, donde lo privado se vuelve revolución. Este libro no es solo la crónica de una época: es una cartografía de la resistencia, una llamada a no bajar la guardia, una guía de combate. En tiempos en los que el feminismo vuelve a ser desafiado por viejos y nuevos reaccionarismos, estas páginas nos recuerdan que ninguna conquista es irreversible y que la autonomía de las mujeres sigue siendo, para muchos, una amenaza intolerable. Con prosa incisiva, Gornick analiza cómo se construye el poder masculino, cómo se transmite la sumisión femenina, y qué ocurre cuando una mujer empieza a ver su experiencia personal como parte de algo mayor.