Séneca, uno de los máximos representantes del estoicismo, plantea en Sobre la felicidad algunas de las cuestiones centrales de esta doctrina como el ideal de la felicidad del ser humano. De los numerosos ensayos sobre filosofía estoica que escribió Séneca en forma de cartas y tratados, el presente volumen reúne algunos de los más influyentes en la tradición occidental. A un primer grupo pertenecen los redactados en la sexta década de nuestra era, cuando, tras la muerte de Claudio, Séneca ofició como uno de los principales gobernantes del Imperio romano. «Sobra la brevedad de la vida» y «Sobre la constancia del sabio» se fechan en el año 55; «Sobre la vida feliz», en el 58. A ese grupo le siguen tres cartas «Sobre la felicidad», «Sobre el temor a la muerte» y «Sobre la filosofía» que forman parte de las Epístolas morales a Lucilio, escritas entre los años 62 y 64, cuando Séneca debió marcharse al exilio para refugiarse de la tiranía de Nerón. Séneca plantea algunas cuestiones centrales de la ética antigua como el ideal humano y sabio, el hombre y su relación con la naturaleza, y como la relación del placer con la virtud y la felicidad, concepto de tanta importancia en nuestros días.
Helena no sabe cómo sobreviven las familias cuando coinciden todos sus miembros bajo el mismo techo, pero está a punto de averiguarlo.
Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la casa de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.
Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.
¿Puede la IA ayudarnos a entender mejor el mundo?
La complejidad del presente, los graves retos planetarios que se avecinan y las paradojas de la teoría cuántica reclaman una renovación de los lenguajes del conocimiento. Los grandes modelos lingüísticos de la IA han construido una correspondencia entre los lenguajes matemático y literario. Calculan literalmente las metáforas. ¿Qué sentido puede tener ese cálculo, más allá del literal? ¿Podría ser el vehículo de una nueva comprensión del mundo?
Tom Sawyer, que nació a orillas del río Misisipi, tiene un fuerte sentido de la amistad y le gusta vivir en libertad. Por eso anda siempre descalzo, se las apaña para hacer novillos siempre que puede y se divierte con su mejor amigo, el huérfano vagabundo Huckleberry Finn.
En este volumen las constantes trastadas del travieso y bromista Tom irritan a su tía Polly. Pero, súbitamente, demuestra un inusitado interés por la escuela al llegar una nueva alumna: la hermosa Becky.
Tom Sawyer, que nació a orillas del río Misisipi, tiene un fuerte sentido de la amistad y le gusta vivir en libertad. Por eso anda siempre descalzo, se las apaña para hacer novillos siempre que puede y se divierte con su mejor amigo, el huérfano vagabundo Huckleberry Finn.
En este volumen, Tom, Huck y todos sus amigos pasan el verano jugando cerca del Misisipi. Las vacaciones se ven alteradas cuando encuentran oro en el río y con la llegada de un increíble globo aerostático.
Tom Sawyer, que nació a orillas del río Misisipi, tiene un fuerte sentido de la amistad y le gusta vivir en libertad. Por eso anda siempre descalzo, se las apaña para hacer novillos siempre que puede y se divierte con su mejor amigo, el huérfano vagabundo Huckleberry Finn.
En este volumen algo muy grave ocurre cuando, una noche, Tom y Huck son testigos de un crimen mientras buscan un tesoro. El viejo Muff es injustamente acusado y solo ellos saben que, en realidad, el culpable es otra persona.
En 1996, Allen Ginsberg tenía setenta años, se encontraba muy delicado de salud y le quedaba apenas un año de vida. Impulsado quizá por la urgencia de cantar unas últimas verdades, y a pesar de sus escasas apariciones públicas durante aquel período, el poeta beat se lanzó a un gran proyecto final: el de musicar, en colaboración con Paul McCartney y Philip Glass, una colección de pequeños poemas que acababa de publicar en la revista The Nation: se trataba de la Balada de los esqueletos.
Inspirados en la festividad mexicana del Día de los Muertos, estos esqueletos universales reproducen y padecen los males de nuestra sociedad, ejercen y a la vez sufren el poder, dejándose el cuerpo en ello. Entre todos conforman la danza macabra del sistema de agotamiento, explotación y destrucción en que vivimos. Sus versos, tan radicales como divertidos, azote de la moral estadounidense, mantienen hoy su feroz condición de sátira carnavalesca, cobrando una sorprendente y acaso terrorífica actualidad.
En el invierno de 1990, fracasado su proyecto para una película sobre Rossini, Robert Altman abandona Italia. Pide algo para leer en el avión, su secretaria le da varios libros de Raymond Carver y, cuando llega a los Estados Unidos, Altman tiene la certeza de que allí hay otra película. Absolutamente fiel al estilo (a una visión de América, de unos tiempos y de una manera de vivir) y libre con respecto a la letra, las formas, los personajes, Altman dialoga con Carver, entrelaza y combina historias, mueve las figuras de un relato a otro, estructurando, a su manera, la novela que Carver escribiera con sus cuentos.
Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?