Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?
Un cuento es una obra de ficción en prosa que se puede leer de una sola sentada, normalmente entre 20 minutos y una hora”. Su belleza reside en que, a través de un relato breve y sencillo, describe hechos o situaciones completas, desde un planteo inicial hasta su fin. Puede o no estar basada en hechos reales.
¿Qué significa Dios? ¿Qué relación tiene con el lenguaje? A lo largo de estas páginas descubrimos las claves de su pensamiento y escritura, y, junto a las reflexiones de filósofos y escritores que le han influenciado, nos vuelve partícipes del misterio de la vida, la fe y el arte.
Una antología personal que abarca el conjunto de su obra y privilegia los poemas de tono más filosófico, meditativo y culturalista. Se incluyen seis poemas traducidos específicamente para esta edición tres de ellos de su libro póstumo, entre los que destacan dos importantes poemas extensos: «Enamorado de Palestina» y «Sirhán se toma un café en el bar».
Josslyn Drake knows only three things about magic: it’s rare, illegal, and always deadly.
So when she’s caught up in a robbery gone wrong at the Queen’s Gala and infected by a dangerous piece of magic—one that allows her to step into the memories of an infamously evil warlock—she finds herself living her worst nightmare. Joss needs the magic removed before it corrupts her soul and kills her. But in Ironport, the cost of doing magic is death, and seeking help might mean scheduling her own execution. There’s nobody she can trust.
Nobody, that is, except wanted criminal Jericho Nox, who offers her a deal: his help extracting the magic in exchange for the magic itself. And though she’s not thrilled to be working with a thief, especially one as infuriating (and infuriatingly handsome) as Jericho, Joss is desperate enough to accept.
But Jericho is nothing like Joss expects. The closer she grows to Jericho and the more she sees of the world outside her pampered life in the city, the more Joss begins to question the beliefs she’s always taken for granted—beliefs about right and wrong, about power and magic, and even about herself.