Si este libro fuese una serie de fechas y datos sueltos, no sería un libro de historia: sería un almanaque. Sí, hay hechos probados, pero a menudo la forma en la que se cuentan dice mucho más de nosotros mismos que de la historia en sí.
Aquí no solo leerás acerca de la batalla de Covadonga, entenderás lo que significa para la construcción de la idea de España; no solo te contará que Colón llegó a América en 1492, descubrirás cómo se gesta «el fin» de una edad. La lista de los reyes godos, la leyenda negra, la presencia árabe en la península… No memorices la historia: compréndela.
En un mundo donde todos te empujan a perseguir más, a acumular más «hábitos exitosos», aquí está la cruda verdad: ya vas armado hasta los dientes. Lo que ya haces a diario tiene el potencial de lanzarte a otro nivel.
Sí a (casi) todo es el puñetazo directo a esa mentalidad tóxica de que siempre necesitas más.
No necesitas reinventarte.
No necesitas otro ritual matutino de 10 pasos ni una dieta de moda.
Necesitas ajustar.
Necesitas reenfocar.
Necesitas explotar lo que ya tienes.
Mientras los demás siguen buscando el próximo gran truco o tendencia, tú estarás dando un nuevo impulso a tu vida con los mismos hábitos que ya practicas:
Menos esfuerzo.
Más impacto.
Menos ruido.
Más acción.
Este no es tu manual de autoayuda edulcorado. Es una llamada a la autenticidad, a reconocer y potenciar lo que ya posees. Así que deja de buscar. Tienes en tus manos la guía definitiva para dar un giro exponencial a tu vida como nunca lo has intentado antes.
Pasión, sexo, juego de seducción...
¿Quién es quién en la corte de los Monteros?
Siglo XVIII. Julia Ponce de León, hija del pintor de cámara del rey, es una de las muchas cortesanas que habitan en el palacio real de Madrid. Su vida ha sido diseñada al milímetro: le han enseñado cómo sentarse, qué decir, cómo vestirse y a quién amar. Pero la corte de los Monteros es un lugar lleno de secretos y Julia está a punto de descubrir que en palacio todo son apariencias y lo que prima es el juego.
Tras una muerte que podría calificarse de libresca, atropellada mientras hojeaba un volumen de Emily Dickinson, una profesora de la Universidad de Cambridge es la destinataria póstuma de un ejemplar de La línea de sombra, de Joseph Conrad. El insólito libro está cubierto de cemento y va a parar a las manos del compañero argentino de departamento que ha asumido las clases de la desdichada Bluma Lennon. Intrigado por el extraño paquete, que proviene de Uruguay, el narrador inicia una pesquisa que lo llevará de vuelta a su continente para ir descubriendo poco a poco qué relaciones azarosas unen la muerte de su colega, el ejemplar encementado y la estela de un misterioso coleccionista de libros consumido por su pasión.
Recuperamos esta nouvelle letraherida y encantadora –publicada por primera vez, con inmenso éxito, hace más de veinte años y traducida desde entonces a más de veinte lenguas– que atrapará a toda alma bibliófila que se precie.
Me llamo Rachel Price, y hace dos meses me alejé del hombre perfecto. Dulce, divertido... y tan sexy que deberían detenerlo. Pasamos una noche inolvidable, sin nombres ni ataduras.
Pensé que jamás volvería a verlo.
Me equivocaba.
Él es el jugador estrella del nuevo equipo de hockey en el que realizaré mi beca como fisioterapeuta. Su mejor amigo, el jefe de equipo más borde del mundo, no deja de estar encima de mí. Y el portero se cree capaz de ocultarme su lesión.
Todo cambia tras una inesperada noche y un secreto que sale a la luz. Los tres miembros del equipo están dispuestos a poner a prueba todos mis límites. No puedo enamorarme de un jugador... y mucho menos de tres.
Una guía inspiradora que nos enseña que la adversidad puede ser una oportunidad para transformarnos en personas más fuertes y bellas.
Una guía inspiradora que nos enseña que la adversidad puede ser una oportunidad para transformarnos en personas más fuertes y bellas.
Kintsukuroi es el arte japonés de recomponer lo que se ha roto. Cuando una pieza de cerámica se rompe, los maestros kintsukuroi la reparan rellenado las grietas con oro o plata resaltando de este modo la reconstrucción, porque una pieza reconstruida es símbolo, a su vez, de fragilidad, de fortaleza y de belleza.