El señor y la señora Pounds han contratado a Winifred Notty para que cumpla el rol de la perfecta institutriz victoriana: dará clases a sus pupilos (francés y costura a Drusilla y álgebra e historia al pequeño Andrew) y les contará cuentos antes de dormir. Pero Ensor House y sus habitantes ocultan más perversiones y secretos que la perturbada señorita Notty, capaz de convertir un té con elegantes invitados y bebés en el salón en un acontecimiento macabro. ¿Qué ha pasado en su vida para que una fría mañana de Navidad todas las piezas del pasado y el presente encajen y un final opuesto al de un cuento de hadas nos estremezca como un regalo sangriento?
Cruelmente divertida, clásica y moderna, y dickensianamente escalofriante, Victorian Psycho confirma el original talento de «la nueva dama del thriller» (Ángeles López, La Razón).
Es una calurosa noche de julio en Madrid cuando dos hombres son destripados y lanzados al vacío desde un puente de la M30 en lo que parece un siniestro ajuste de cuentas entre clanes. Sus vísceras aterrizan sobre un descapotable que termina hundiéndose en el Manzanares con sus ocupantes, tres chicas que volvían de fiesta. Una de ellas fallece en el acto: es la hija pequeña del comisario, quien exige a sus agentes respuestas rápidas y poco ruido en los medios. Se trata de una orden casi imposible de cumplir por el subinspector Jotadé Cortés, el único policía gitano de su comisaría y un irreverente sin remedio que aborrece las jerarquías y acostumbra a saltarse las normas. Pero todos saben que también posee una intuición por encima de la media y que fue el hombre de confianza de la inspectora Indira Ramos en su último caso. Leal a sus compañeros y respetado en la calle, Jotadé se encontrará en una encrucijada que le obligará a volver a un pasado incómodo y a hacer lo imposible para proteger lo más importante de su vida.
Somos muchos los que consideramos a María Moreno la mejor cronista argentina de todos los tiempos y una de las voces documentales más lúcidas de la lengua, entre otras hiperboles razonables".Desde el futurismo radical de la omnipresente Virginia Woolf hasta el misterio intacto que sobrevive al suicidio de Alfonsina Storni. El amor por Chile, con la grafía exaltada de la oda a Gabriela Mistral, a Pedro Lemebel, a Raúl Zurita. Como el, María Moreno atestigua "Yo vi a las mejores mentes de mi generación…