APRENDE A LEER EN LETRA MAÝUSCULA CON LAS FANTASTICOTAS. ¡SON MUCHO MÁS QUE MASCOTAS!
En el río y su corriente,
Adela vive algo sorprendente.
Una trucha y un chapuzón,
¡una aventura del corazón!
Con LAS FANTASTICOTAS los niños se divertirán mientras aprenden a leer:
- Frases rimadas para amenizar la lectura.
- Letra mayúscula para facilitar el aprendizaje.
- Vocabulario sencillo para el desarrollo cognitivo.
- Datos curiosos sobre animales, fomentando el respeto y el amor por sus mascotas.
- Aventuras increíbles protagonizadas con niños.
Preparaos para… ¡LEER Y RIMAR SIN PARAR DE IMAGINAR!
Para niños a partir de 5 años que quieran lanzarse a leer solos.
Con la adopción de la ganadería y la agricultura se crearon los primeros asentamientos, nació la aristocracia, la división de poderes, la guerra, la propiedad, la escritura, el crecimiento de población y todo un universo de oficios que nos ha impulsado a llegar hasta nuestros días.
En el antiguo Egipto existieron muchos oficios y profesiones. Gracias al arte, la arqueología y los textos podemos conocer cómo era el trabajo de agricultores y ganaderos, pero también de escribas, sacerdotes, embalsamadores, soldados, artistas... todo el universo de los oficios que constituían la base de esta fascinante sociedad.
En la antigua Grecia, el ocio era la aspiración máxima de cualquier persona, y los ciudadanos solo trabajaban por necesidad, pues normalmente asistían a la Asamblea o los tribunales y dejaban los trabajos manuales a los metecos o los esclavos. Pero si había que trabajar, el ideal griego de vida era el del campesino, a pesar de ser un oficio durísimo. Además de campesinos, había médicos, soldados, políticos, arquitectos, artesanos o maestros, entre otras muchas ocupaciones.
¿Sabías que se han llegado a localizar más de 160 oficios diferentes en las inscripciones encontradas en la ciudad de Roma? Campesinos, ganaderos, artesanos, herreros, orfebres, panaderos o alfareros; políticos, soldados o administrativos, gladiadores, sacerdotisas... todo un universo de oficios que constituían la base de esta fascinante sociedad.
Parece un bosque cualquiera, pero no lo es. Claro que para saberlo hay que prestar atención a lo más pequeño y escondido... ¡Sí, justo ahí! En ese árbol donde bailan las hadas que han invitado a duendes, elfos y gnomos a su fiesta.