La anciana Sophonisba –«un nombre bonito e indicado, cuando me lo pusieron, pero ahora está más que pasado de moda»– debe, por motivos de salud, trasladarse a vivir a Londres. Enfrente de su nueva residencia hay un inmueble señorial pero deteriorado, del que cuelga desde tiempos inmemoriales el cartel de «Se alquila». ¿Por qué, se pregunta Sophonisba, nadie quiere alquilar la casa? ¿Y por qué ve en ella, si está deshabitada, un ojo que la mira? Jabez Jarber, su eterno pretendiente, y Trottle, su fiel criado, siempre celosos el uno del otro, se proponen aclarar el misterio. Jarber reconstruye la historia de los antiguos inquilinos de la casa; Trottle, más audaz, entra en la casa misma. Dickens ideó esta situación para el número especial de Navidad de 1858 de la revista Household Words, y entre él y varios amigos de la talla de Wilkie Collins y Elizabeth Gaskell construyeron un enigmático rompecabezas por el que pululan maridos que regresan de la muerte, hermanas sin amor, padres cruelísimos, niños maltratados y hasta un enano que quiere entrar en sociedad.
El inspector Maigret llega a la localidad de Concarneau, en Bretaña, para investigar el intento de asesinato de uno de los notables del pueblo. En mitad de las pesquisas, una serie de sucesos confusos parecen indicar que un asesino imparable trama una venganza colectiva, centrada en cuatro amigos que se reúnen habitualmente en el bar del pueblo. La única pista firme es un perro canelo que nadie había visto antes y que merodea por el vecindario.
Lejos del ambiente brumoso y húmedo de la mayoría de los casos de Maigret, Liberty Bar nos lleva a la Costa Azul, donde el comisario llega para investigar el asesinato de un rico terrateniente australiano que había abandonado las convenciones y los deberes de su clase para darse la buena vida en compañía de un elenco de personajes variopintos reunidos en un bar de Niza.
Sin embargo, incluso en una atmósfera de vacaciones, el comisario descubriá que la naturaleza humana es oscura y, fiel a su divisa de comprender sin juzgar, revelará una tragedia doméstica de intereses cruzados.
uando una carta anónima anuncia que durante la misa del Día de Difuntos se cometerá un crimen en Saint-Fiacre, el pueblo natal de Maigret en Bretaña, el comisario debe regresar a sus orígenes para evitarlo.
Al terminar la misa una feligresa ha muerto, como se había anunciado. Y Maigret, a pesar de haber estado presente y atento, no ha visto absolutamente nada que le permita saber quién o quiénes han cometido el crimen.
Con sus habituales paciencia y perspicacia, el comisario deberá internarse en los secretos de toda una comunidad, un mundo en vías de desaparición donde la pequeña noblesa local pretende dictar la ley sin miramientos ni compasión.
A título privado, Maigret se allega a la localidad de Givet, en la frontera franco-belga, para cumplir el encargo de ayudar a los Peeters, «los Flamencos», una familia de prósperos comerciantes. Todo el pueblo los acusa de haber matado a una muchacha francesa, pero el cadáver no aparece, y las dudas se multiplican.
El famoso comisario enfrentará en esta novela no solo una intriga, sino un drama familiar, en el que deberá sondear los silencios y los secretos de todo un clan para acabar erigiéndose en juez.
While in Paris, Harvard symbologist Robert Langdon is awakened by a phone call in the dead of the night. The elderly curator of the Louvre has been murdered inside the museum, his body covered in baffling symbols. As Langdon and gifted French cryptologist Sophie Neveu sort through the bizarre riddles, they are stunned to discover a trail of clues hidden in the works of Leonardo da Vinci—clues visible for all to see and yet ingeniously disguised by the painter.
Even more startling, the late curator was involved in the Priory of Sion, a secret society whose members included Sir Isaac Newton, Victor Hugo, and Da Vinci, and he guarded a breathtaking historical secret. Unless Langdon and Neveu can decipher the labyrinthine puzzle—while avoiding the faceless adversary who shadows their every move—the explosive, ancient truth will be lost forever.