Montaña viaja en el tiempo, a través de varias historias universales y alguna aventura inédita del autor, para explicar la misteriosa relación del ser humano con las cimas, y sobre todo consigo mismo y con los demás: de los pioneros en el Mont Blanc a la vanguardia del estilo alpino en el Himalaya; de la curiosidad científica de Saussure a la búsqueda de la perfección ética y estética de Steve House… Existen tantas motivaciones y justificaciones para lanzarse a subir montañas como personas hay en el mundo.
Un cúmulo de circunstancias extraordinarias puso durante diez meses al historiador Emmanuel de Las Casses junto a uno de los hombres más extraordinarios que han conocido los siglos. El universo del arte, la literatura y la historia han preservado y avivado la gloria y hazañas de Napoleón Bonaparte. Pero pocos conocieron los verdaderos matices de su carácter, sus cualidades privadas, las inclinaciones naturales de su corazón y su profunda sabiduría. Este es el gran vacío que colma el Memorial de Santa Elena. El autor recopiló y escribió, día por día, cuanto oyó decir y cuanto vio hacer a Napoleón, durante el tiempo que pasó a su lado en su forzoso exilio en la isla. En esta selección de sus palabras se escucha al hombre y al sabio, no solo al guerrero y al emperador. Publicado por vez primera entre 1822 y 1823, inmediatamente tras la muerte de Napoleón, dio a conocer lo que hasta entonces nadie había visto, al hombre sabio oculto a los ojos de las muchedumbres por la grandeza misma de sus hechos.
En la región japonesa de Kobe, Osaka, una línea ferroviaria une Takarazuka con Nishinomiya. Las vidas de miles de pasajeros se entrechocan a diario en sus vagones y, a cada parada, nuevos pasajeros se instalan y se relacionan: dos desconocidos que siempre quieren tomar prestado de la biblioteca el mismo libro; una prometida despechada sedienta de venganza; estudiantes tímidos; niñas crueles; mujeres rudas; una abuela excéntrica y su indiscreta nieta; una joven dispuesta al fin a romper con un novio que no la merece.
Con el paso de las estaciones, el tren de Hankyu recorre el trayecto en el sentido inverso, y el lector descubre a los personajes bajo una nueva luz y puede seguir discretamente sus destinos como si fueran los de viejos conocidos.