Hace años, el monarca de Idris firmó un tratado con el reino de Hallandren según el cual el rey Dedelin enviaría a su hija mayor, Vivenna, para casarse con Susebron, el rey-dios de Hallabdren. Vivenna ha sido adiestrada durante toda su vida para ser una novia adecuada para Susebron y así cumplir con su deber y ayudar a forjar una paz estable entre los dos reinos. Ese era el plan, pero el monarca de Idris envía a su hija Siri, desobediente e independiente, en lugar de Vivenna.
Mientras intenta encontrar su lugar en la corte de Susebron, Siri descubre la verdad oculta sobre el rey-dios. En Idris, Vivenna se siente intranquila y teme que su hermana no esté preparada para esa nueva vida, por lo que decide viajar a Hallandren. Allí se reúne con la gente de Idris que trabaja en la capital, Telir, y comienza una nueva vida de espionaje y sabotaje.
Si sentimos un escalofrío cuando Elon Musk, ebrio de victoria, esgrime el saludo fascista ante millones de personas, es porque de algún modo todos entendemos lo mismo: el orden del mundo está cambiando. Aquellos que hace una década se reducíana pequeños grupos aislados hoy han alcanzado el poder. Figuras como Trump, Milei o los tecnoligarcas son nuestro presente y probablemente sean nuestro futuro. Pero ¿cómo nos explicamos su ascenso meteórico?Por más que a muchos nos sorprendan, las ultraderechas son para Jorge Alemán el síntoma de una época que, carcomida por el capitalismo, ha perdido la fe en cualquier proyecto colectivo.
When Sadie Brooks unexpectedly loses her marketing job, she flees New York City to spend the summer with her best friend in small-town Texas, where joining his Dungeons & Dragons campaign is the perfect distraction while she plans her next steps.
In the game, she becomes Jaylie, a powerful human cleric blessed by the Goddess of Luck. But in real life, Sadie believes her luck has run out—until she meets Noah Walker, the outgoing bartender roped into joining their party as Loren, an adventurous and charismatic lute-strumming elf. Just as Jaylie finds herself succumbing to the bard’s charms over the course of their party’s travels, Sadie also begins to fall under Noah’s spell.
As their relationship progresses in both worlds, Sadie wonders if what they have might last beyond the game. But like his traveling bard character, Noah never stays in one place for long. When a new opportunity arises in New York, Sadie must face the truth about why she lost her job in the first place—and whether she and Noah have found something in Texas worth staying for. Torn between her career dreams in the city and the exciting uncertainty of a new adventure, she will have no choice but to roll the dice.