Este libro no es tan sublime como parece, pero no está nada mal para el precio que tiene
En él aprenderás:
La razón por la que si eres un cursi nunca ganarás dinero contando historias.
La lección de persuasión de un tipo que odiaba ducharse.
Una forma de crear infinitas historias que atraigan a miles de clientes, que aprendí de un abogado completamente borracho.
Cómo crear historias que vendan haciéndote sólo dos preguntas que sabría responder incluso el vecino más imbécil que tengas.
Por qué vende más el villano que el héroe y cómo aplicarlo para tu vida o para tu negocio de forma inteligente.
Cómo destacar en tu sector cuando eres minúsculo y compites contra gigantes. Información no apta para cobardes ni para gente políticamente correcta que milite en ninguna secta.
Cómo vender utilizando la psicología de las historias de terror. Esto tampoco es para cobardes.
El anti-storytelling. La estrategia de vender con las palabras sin utilizar ni una palabra.
Que hay mucho gilipollas. Ése es el verdadero problema. Y cómo vender sabiendo eso.
El cuento del tiempo lento. Cómo ganar dinero contando historias gracias a tu infancia. Aunque fuese más aburrida que mirar una nevera.
Este libro es tan raro que es posible que te lo termines.
A workaholic is faced with striving for the one goal she never wanted: love.
Campbell Andrews despises exactly three things in life: incompetence, tardiness, and love stories. Making partner at her law firm at thirty-four, she has no time for anything or anyone else. And certainly no respect for those who choose love over work. That is, until she wakes up in Heart Springs—her own personal hell.
The good news? She’s not dead. She’s been magically transported to a small town straight out of the Hallmark channel, complete with a meddling mayor, seasonal festivals, and friendly townsfolk. Cam can’t stand it, but in order to make it back to her real life, she has to fulfill three tasks . . . foremost among them, experience true love. It seems impossible. But anything’s possible with a change of heart.
El mayor experto mundial en el campo de la energía explica por qué no alcanzaremos el objetivo global de cero emisiones en 2050.
A pesar de los acuerdos internacionales, la regulación, la inversión pública y privada, el progreso técnico y los cambios de comportamiento, el consumo mundial de combustibles fósiles aumentó un 55 % entre 1997 y 2023.
En el mismo periodo, la proporción de combustibles fósiles en el consumo energético global ha pasado del 86 % al 82 %.
La cruda realidad es que la transición en curso será muy larga y complicada. Opera a una escala sin precedentes, exige tecnología que aún no ha sido inventada y cantidades ingentes de recursos naturales y plantea imponentes desafíos ambientales, sociales, económicos y geopolíticos. Debemos escoger: invertir un 20 % del PIB mundial en la transición; decrecer voluntariamente (o colapsar involuntariamente); o renunciar al objetivo climático de 1,5 ºC y fiar así el mundo al destino, devolviéndole a los dioses lo que la modernidad quiso quitarles.
He aquí el trilema en torno al cual gira este breve y fascinante ensayo, escrito por uno de los científicos e intelectuales más originales e influyentes de nuestro tiempo.