Filosofía del colapso pretende dilucidar los presupuestos filosóficos, metafísicos y aun teológicos involucrados en las narraciones sobre el colapso. Estas narraciones han alcanzando tal rango teórico que puede hablarse, sin reparos, de una auténtica colapsología. Se trata de una síntesis de vastos dominios de conocimiento científico en torno a cuestiones de gran calado como el cambio climático, el pico del petróleo o la pérdida de la biodiversidad. Frente a la tesis del progreso infinito o de la abundancia ilimitada de recursos, los colapsólogos creen desvelar una tendencia de la civilización industrial hacia el desmoronamiento. En la medida en que la colapsología también plantea la pregunta por la existencia humana bajo la hipótesis del peor escenario posible, se trata de una recuperación contemporánea del existencialismo. A este respecto, la obra propone aplicar las categorías analíticas básicas del existencialismo a la colapsología, con el fin de elaborar una hermenéutica existencial del colapso.
Klara es una AA, una Amiga Artificial, especializada en el cuidado de niños. Pasa sus días en una tienda, esperando a que alguien la adquiera y se la lleve a una casa, un hogar. Mientras espera, contempla el exterior desde el escaparate. Observa a los transeúntes, sus actitudes, sus gestos, su modo de caminar, y es testigo de algunos episodios que no acaba de entender, como una extraña pelea entre dos taxistas.
Klara es una AA singular, es más observadora y más dada a hacerse preguntas que la mayoría de sus congéneres. Y, como sus compañeros, necesita del Sol para alimentarse, para cargarse de energía... ¿Qué le espera en el mundo exterior cuando salga de la tienda y se vaya a vivir con una familia? ¿Comprende bien los comportamientos, los repentinos cambios de humor, las emociones, los sentimientos de los humanos?
Klara y el Sol es la primera novela de Kazuo Ishiguro tras ser galardonado con el Premio Nobel. Emergen en sus páginas la más que probada potencia fabuladora del autor, la exquisitez de su prosa rebosante de matices y esa capacidad única para explorar la esencia del ser humano y lanzar preguntas turbadoras: ¿qué es lo que nos define como personas? ¿Cuál es nuestro papel en el mundo? ¿Qué es el amor?
La alcaravea es una planta silvestre de flores pequeñas. Sus semillas tienen distintos usos que podrían replicar los cuentos de este libro: • Medicinal: en infusión, esta especia calma los cólicos infantiles (muchos son los niños que lloran aquí, a pesar de las nanas), pero, además, su uso tópico sirve para limpiar y cicatrizar heridas, sean las de madres derrotadas por la vida, las de un visir enamorado o las de un hermanastro tímido. • Culinario: un sabor, amargo y dulce a la vez, condimenta la mayoría de los relatos. En ellos, hay desolación y hasta horror en ocasiones, pero siempre se asoma la luz de la ternura que salva. • Relajante: su aroma, usado en aceites y lociones, tiene una cualidad tranquilizante que los protagonistas habrían agradecido. Si aún les interesa conocer otras propiedades de Alcaravea, entren en sus páginas y descubran sus beneficios.