¿Existen las segundas oportunidades?
Una boda frustrada. Un cálido reencuentro. Esta es la historia de Alex y Emma.
Junto a sus dos mejores amigas, Emma deja atrás la ciudad de Nueva York y viaja a California con el firme propósito de pasar las vacaciones con un cóctel en la mano, bajo el sol, en las cálidas playas de la costa. Un plan perfecto. O al menos lo fue hasta que se encontró con Alex, el chico que no solo le rompió el corazón sino que, además, la dejó plantada una semana antes de subir al altar para darse el «sí, quiero».
Por desgracia, Alex sigue siendo irresistible. Y, aunque Emma siente debilidad por su mirada azul y su sonrisa canalla, no está dispuesta a volver a caer en sus redes. Todo quedó atrás. Él quedó atrás. Así es como deben ser las cosas. El problema es que «querer» no siempre es suficiente y a veces hay recuerdos que pesan demasiado.
Un futuro planificado. Un abogado seductor y canalla.
¿Conseguirá Elisa retomar las riendas de su vida?
Tras un desengaño amoroso, Elisa está decidida a retomar las riendas de su vida e ir tachando propósitos de su lista de objetivos: seguir siendo la mejor en su empleo, casarse, formar una familia, mudarse a una bonita casa a las afueras… ¿El problema? Todavía no ha conocido al futuro padre de sus hijos. Pero ella no es de las que se rinden tras un fracaso y tiene muy claro qué tipo de hombre desea a su lado. Para empezar, uno que no se parezca en nada al abogado con el que debe competir en su trabajo, ese que está poniendo a prueba toda su paciencia.
Jack Helker es tan atractivo como borde. A pesar de su sonrisa insolente y de que es el típico hombre que debería venir con un cartel en la frente en el que pusiese «no tocar», Elisa es incapaz de ignorar el deseo que siente cada vez que él está cerca. Y, entre rocambolescas citas, Froot Loops y noches imprevistas, empezará a reconsiderar que a veces «perder el control» también tiene sus ventajas.
Imbuida de una atmósfera mágica, de delicados elementos que prefiguran lo que ha de ser el país imaginado, esta bella historia nos traslada a una China de principios del siglo XX repleta de fantasmas, de bodas entre vivos y muertos, de supersticiones y ritos ancestrales. En medio de todo ello se encuentra la protagonista, una joven que vive atemorizada por el compromiso nupcial que para ella desean pactar sus padres y que, mientras, solo tiene ojos para la hija de un vendedor de pájaros ciego, la hermosísima Xiaomei, con quien inicia una tímida relación de amistad y dependencia. En sus citas en el parque al que los ancianos van a pasear a sus pájaros, las dos descubren la importancia de lo que se cuenta y de lo que no, de la lealtad y de la belleza, con todo su poder para huir de los abismos abiertos por los demás.Animada por el melancólico encanto de la niñez que se escapa, impulsada por la fina exquisitez de su tono narrativo, «El país imaginado» traza una elegante fábula acerca de la memoria y las oportunidades perdidas.