La gran novela de Pynchon sobre los movimientos radicales de los años sesenta.
En Vineland, región californiana inventada por Pynchon, sobrevive, envuelto en brumas, un grupo de personas que hacen frente como pueden a las consecuencias de su vida en los años sesenta. En 1984, la joven Prairie busca a su madre, Frenesi, figura legendaria de los movimientos radicales a fines de los años sesenta. Lo que no sabe la hija es que la madre acaba de perder su empleo en el FBI y que, una vez "fuera", es el blanco perfecto de un examante suyo, Brock Vond, autentico representante del Mal y de las fuerzas de represión. Brock llega a California armado hasta los dientes, empeñado en acabar con la comunidad liderada en los viejos tiempos por Frenesi. Nada de todo ello detiene a Prairie, decidida a descubrir la trama negra que envuelve a su madre, objeto ahora de la ira y el deseo del terrible Brock.
Uno de nuestros mayores retos, estemos conscientes o no, es responder las preguntas: ¿Quién soy? ¿Para qué existo? Para las mujeres, el reto puede aumentar por la multiplicidad de roles que debemos asumir y que desarrollamos casi de forma automática. Walesca nos pone en contacto, de manera cuidadosa, transparente y muy clara, con el valor de transitar hacia la construcción de una identidad verdadera y sólida, con un propósito personal, bajo la dirección de Dios. Ella nos habla desde una narrativa honesta, elocuente y libre, de modo que su relato cobra vida. Sin duda, muchas mujeres serán edificadas con su experiencia que servirá de espejo y motor para encontrar sus propias respuestas.
Escritos a lo largo de medio siglo, los poemas que conforman Los dedos de la Aurora giran en torno al mundo clásico, tema nuclear en la obra de Luis Alberto de Cuenca al que se ha acercado como traductor, filólogo y estudioso y que ha dejado una huella profunda y perdurable en su poesía, una de las más prestigiadas e influyentes de las últimas décadas. Los autores helenísticos de la Antología Palatina, en particular, pero también los elegíacos y epigramistas latinos, la épica de Homero o de Virgilio y la lírica arcaica, comparecen en homenajes que a la vez que transmiten el legado de la Antigüedad lo reelaboran en clave irónica o sentimental. Seleccionada por Luis Miguel Suárez, con prólogo del autor y epílogo de Victoria León, la antología ofrece una muestra deliciosa y altamente significativa de un universo poético que recrea las fuentes grecorromanas o se sirve de la narratividad de sus mitos para indagar en los universales de la condición humana, expresando un vitalismo a prueba de tinieblas.