Educar para pensar revisa algunas de las más valiosas construcciones teórico-educativas que se han dado a lo largo de la historia moderna y contemporánea. Unas son más proclives al modelo educativo liberal: Kant, Constant, Mill, Dewey, Russell, Berlin, Garzón Valdés, Gutmann. Otras son más cercanas a planteamientos propios del prerromanticismo o del mismo romanticismo, moderadamente conservadores, críticos, republicanos, humanistas o pluriculturalistas: Rousseau, Schiller, Tocqueville, Durkheim, Ortega, Arendt, Villoro, Nussbaum.
* Tierra, agua, aire, fuego y éter: las tradiciones de antaño consideraban que tan solo cinco elementos habían emergido del caos primordial para dar forma al cosmos y ordenarlo.
* El reconocido coleccionista y alquimista de imágenes Stephen Ellcock propone una asombrosa exploración de los componentes básicos de la materia.
* Conozca la sublime belleza de los elementos, sus infinitas cualidades, su poder insondable y sus múltiples asociaciones con los planetas, las estaciones, el cuerpo humano y los signos del zodiaco.
Este excepcional compendio ahonda en el simbolismo universal de los elementos: solo si redescubrimos las correspondencias que unen todas las cosas podremos restablecer el equilibrio y la armonía en la tierra y en nuestras propias vidas.
Sumérjase en el evocador acervo visual procedente de innumerables culturas y miles de años de investigación imaginativa y científica.
Este libro apareció originalmente en 1979 en su versión italiana, y un año después en inglés. Pese al prestigio de su autor, nunca se había traducido al español, por lo que la presente edición es casi una novedad.
Como se indica nada más empezar el prefacio, este estudio sobre el concepto del 'espíritu del lugar', el genius loci de los antiguos romanos, es una continuación de tres libros anteriores del autor, todos existentes en versión española: Intenciones en arquitectura (1963), Existencia, espacio y arquitectura (1971) y Arquitectura occidental (1974).
La idea fundamental del libro es que el ser humano necesita un 'punto de apoyo existencial' y que es la arquitectura, en sus diversas escalas, la que se lo puede proporcionar. Para ello, el principal objetivo que se plantea el texto es exponer las implicaciones psíquicas de la arquitectura y no tanto su lado práctico, aun sabiendo que existe una relación entre ambos aspectos.
Las reflexiones filosóficas de Martin Heidegger sobre el concepto de 'habitar' sirven al autor como punto de partida de sus investigaciones sobre la noción de lugar, entendido éste como un espacio con un carácter distintivo en el que el ser humano puede desarrollar plenamente su vida.
Así pues, el genius loci, el 'espíritu del lugar' se ha reconocido desde tiempos antiguos como la realidad concreta que el ser humano tiene que afrontar y asumir en su vida cotidiana. La arquitectura significa hacer visible ese genius loci, y la labor del arquitecto es crear lugares significativos con los que ayudar al ser humano a habitar.