A Gerard "Gibsie" Gibson, el descarado del colegio, la comedia le corre por las venas, pero bajo su carácter alegre y despreocupado se esconde un joven hecho pedazos que vive atormentado por su pasado. Gibsie utiliza el humor para lidiar con sus demonios y ocultarle al mundo todo lo que siente.
Solo hay una persona que lo conoce de verdad. Se trata de la hermana pequeña de su amigo. Claire, su muñequita.
Siempre de buen humor, Claire Biggs se ha pasado la vida idolatrando al chico del otro lado de la calle. Ella ve en Gerard algo que nadie más ve y está decidida a domesticar la salvaje naturaleza de su mejor amigo de la infancia.
Pero ¿sobrevivirá la amistad de Gibsie y Claire a lo inesperado cuando se traspasen ciertas líneas? ¿Se convertirá en algo más o acabarán ambos siendo arrastrados por la corriente?
Lou lleva toda su vida huyendo. Pero ahora, despues deáun golpe demoledor por parte de Morgane, ha llegado el momentoáde volver a casa. y reclamar lo que es suyo por derecho propio.
Pero esta ya no es la Lou que conocían sus amigos.á
Ya no es la Lou que le robó el corazón a un chasseur.
Una especie de oscuridad se ha instalado en ella y, esta vez,áhará falta algo más que amor para espantarla.
A comienzos del siglo XVIII, la clase guerrera nipona gozaba de privilegios y de una época de paz. Como consecuencia, las nuevas generaciones se entregaban a los placeres mundanos y olvidaban su deber con el clan. Para que no se perdieran los valores de sus antepasados, un joven samurái buscó al monje ermitaño Jocho, que había sido un fiel servidor de Nabeshima Mitsushige, y recogió durante seis años sus testimonios. Las conversaciones que surgieron de este encuentro son el punto de partida y la esencia de Hagakure, una ventana única al pasado para redescubrir la filosofía de lealtad, deber y valor que sigue arraigada en el pueblo japonés y que inspira, todavía hoy, a multitud de personas en todo el mundo.
A comienzos del siglo xx, Rusia era un enorme imperio que se extendía desde Polonia, Ucrania y Bielorrusia en Occidente hasta el océano Pacífico en el Lejano Oriente. Al frente de este inmenso país estaba el zar Nicolás II, cuya dinastía, los Románov, había gobernado en Rusia desde principios del siglo xvii con una mezcla letal de crueldad hacia sus súbditos, expansionismo colonial e incompetencia reaccionaria.
En 1917, la Primera Guerra Mundial exacerbó las tensiones en Rusia. En marzo, Nicolás II abdicó y el gobierno provisional que ocupó su lugar para organizar unas elecciones democráticas duró solo ocho caóticos meses antes de que los bolcheviques de Lenin lo derrocaran. En La Revolución rusa, el prestigioso historiador Victor Sebestyen narra los apasionantes acontecimientos que, entre 1917 y 1924, llevaron a la fundación de la Unión Soviética.
Exquisitamente documentado, lujosamente ilustrado y repleto de personajes clave como Lenin, Trotski o Stalin, y de episodios dramáticos como el fusilamiento de la familia real o la rebelión de los marinos de Kronstadt, La Revolución rusa es una obra imprescindible para comprender unos acontecimientos que cambiaron el rumbo de la historia y siguen influyendo en nuestro presente.
Cuando pensamos en los escitas imaginamos un pueblo nómada y bárbaro. En realidad, en su apogeo, los escitas fundaron el primer gran imperio del mundo, que abarcó desde Mongolia y el noreste de China al noroeste de Irán y el Danubio, y que por el sur llegó hasta el mar de Arabia. Su influencia fue decisiva en el surgimiento de la edad clásica en civilizaciones de toda Eurasia, desde el mar Negro hasta China.
En El Imperio escita, el prestigioso historiador Christopher I. Beckwith nos descubre, recurriendo a multitud de fuentes, la historia de este imperio hasta ahora ignorado. Tanto a través de su influencia directa como gracias a la obra de sus sucesores —entre los que se cuentan los imperios persa e indio y los Qin en China—, los escitas y su imperio modelaron el mundo antiguo de una forma sin parangón hasta entonces, en ámbitos tan variados como el armamento, la vestimenta o el gobierno. Inventores del monoteísmo, su impronta es también patente en la religión y la filosofía, con figuras de talla universal como Zoroastro, Buda y Lao-Tse, todos ellos de herencia escita.
Los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es un organismo supranacional en el que convergen diferentes países identificados como economías emergentes. A diferencia del modelo capitalista occidental o, en su momento, del llamado «socialismo real», no es una institución que quiera expandir un proyecto económico, político, cultural e ideológico particular y cerrado, sino que se inclina por un esquema híbrido y pragmático de realidades nacionales diversas que defienden el respeto mutuo, la no injerencia, la soberanía nacional y, en definitiva, la creación de un nuevo sistema que reconfigure el escenario de las relaciones Norte-Sur/Occidente-Oriente, vigente desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de cierto silencio en los medios occidentales, los BRICS son hoy la pieza estratégica más potente del Sur global que pone en jaque el modelo unipolar liderado por EEUU. Y aquí surge la gran pregunta: si la pugna entre el mundo unipolar y el multipolar puede acabar dando lugar a la construcción de un orden mundial alternativo más democrático y plural.