La elección de Bergoglio como Papa supuso un gran revulsivo para la Iglesia católica. El pontífice argentino inició un fuerte impulso reformador, acrecentado cuando estalló la gravísima crisis de la pederastia eclesial. Además de apostar por los más débiles, defendió una ecología integral y arremetió contra la economía que mata. Reorganizó la Curia, impuso un control de las finanzas y fustigó el carrerismo eclesiástico. Semejante audacia, le generó un sinfín de enemigos, dentro y fuera de una Iglesia, que ahora es más universal, menos eurocéntrica. Esta revolución chocó frontalmente con el ala más conservadora que se organizó para erosionar su credibilidad, alentar la rebelión contra su autoridad y minar su moral para que tirara la toalla. Una conspiración que ha incluido el acoso a sus colaboradores más cercanos. Estamos ante una batalla por el liderazgo espiritual de 1.400 millones de católicos y la influencia geopolítica del Vaticano.
Un libro que transforma nuestra comprensión de la historia de la ciencia al revelarla no como una acumulación lineal de hallazgos heroicos individuales, sino como un tejido colectivo de saberes diversos donde cada hilo importa, incluidos los que hemos estado ignorando durante demasiado tiempo.
Desde que Darwin recibió aquella carta de Antoinette Brown cuestionando sus teorías o desde que Katherine Johnson calculó las trayectorias que llevarían al hombre a la Luna, la historia oficial ha despreciado muchas contribuciones al desarrollo científico; y no solo se han invisibilizado nombres, sino también saberes enteros considerados «menores» por estar asociados a lo femenino. ¿Por qué no valoramos las tecnologías de supervivencia que permitieron criar a la especie humana con el mismo entusiasmo que las armas? ¿Cómo es posible que las «calculadoras de Harvard» revolucionaran nuestra comprensión del cosmos sin haber mirado jamás por un telescopio? ¿Por qué el fraude científico se narra casi exclusivamente en masculino cuando también las científicas pueden hacer trampas?
Este libro coral, escrito por siete expertas divulgadoras Elena Lázaro, Marga Sánchez Romero, Enriqueta Barranco, Susana Escudero, Rocío Benavente, Natalia Ruiz y Clara Grima e ilustrado por Cirenia Arias, desafía las narrativas establecidas con un enfoque disruptivo: contar la historia de la ciencia desde miradas tradicionalmente excluidas.
De las técnicas textiles prehistóricas a las mujeres que medían estrellas por centavos; de los métodos anticonceptivos desarrollados gracias al conocimiento de campesinos mexicanos a los zoos humanos que exhibían «ejemplares exóticos»; del doloroso parto representado en el arte medieval a las ecuaciones que permitieron conquistar otros mundos.
Una obra que reconstruye la historia del conocimiento científico sin jerarquías artificiales, demostrando que la ciencia nunca fue un monólogo, sino una conversación humana compleja donde muchas voces quedaron deliberadamente fuera del registro.
Cuando la razón se enfrenta a sus propios límites: un viaje por el pensamiento científico. Una exploración de cómo avanzamos en el conocimiento y transformamos nuestra comprensión del mundo. ¿Qué ocurre cuando el conocimiento científico choca con nuestras creencias más profundas? ¿Qué buscaban grandes científicos como Newton, capaz de revolucionar la física y las matemáticas, en la alquimia y la cábala? ¿Cómo explicar que físicos como Steven Weinberg o Stephen Hawking declararan la guerra a la filosofía mientras construían, sin saberlo, nuevas corrientes filosóficas? Pensamiento Científico nos sumerge en estas paradojas y en otras igualmente fascinantes.Rafael Alemañ Berenguer explora los momentos en que la razón científica encuentra sus mayores retos: cuando un sistema complejo crea propiedades inexplicables a partir de sus partes, cuando la mente intenta comprender el infinito, cuando la ciencia se enfrenta al misterio de la consciencia que la crea.El viaje nos lleva desde Le Dantec, el provocador embriólogo que acuñó el término "cientificismo", hasta Gerald Holton descubriendo los patrones ocultos que guían a los investigadores. Nos muestra cómo Thomas Henry Huxley defendió el valor cultural de las ciencias físicas y por qué la tensión entre conocimiento y creencia.