Una operación quirúrgica que extirpa el impulso sexual masculino, un tren que nos devuelve a cualquier punto del pasado, un invento genético que acerca la vida eterna... En esta mítica colección de relatos, Anna Starobinets retrata sin piedad una humanidad que se tambalea. Ciencia y religión, razón y pasiones, instinto y civilización: no hay pieza del puzle humano que escape a su mirada, a la vez devastadora y comprensiva. La glándula de Ícaro es una distopía que roza peligrosamente lo real, donde la ciencia es solo una excusa para abrir en canal a sus protagonistas y revelar sus engranajes. La obra de Starobinets es puro «horror lírico». Esta colección de relatos está repleta de pesadillas que amenazan no solo con cumplirse, sino con ser realidad en el momento en que se leen.
A los seis años, Rivero, nacido en 1942 en Guantánamo, llega con su madre a la casa de su bisabuela, en Santiago de Cuba, donde pasa los años de la infancia a la juventud entre la escuela, su casa de la calle Santa Úrsula y la misa de los domingos. Mientras tanto, en la isla, el Ejército Rebelde ha derrocado al dictador Batista y, en 1959, Fidel anuncia el triunfo de la Revolución. Rivero tiene entonces diecisiete años y aún desconoce lo que el destino le depara en esta nueva Cuba. Los planes del joven Rivero se ven interrumpidos al ser enviado a una de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), los campos de trabajos forzados que, entre 1965 y 1968, aglutinaron a artistas e intelectuales disidentes, a homosexuales y a quienes profesaban una gran diversidad de religiones en Cuba. A partir de ese momento, la biografía de Rivero quedará marcada por la desesperación y la impotencia ante el odio y la suspicacia de un sistema militar opresor.
Una historia mundial de la costura, el bordado y las personas que han utilizado aguja e hilo para hacer oír su voz. En la Argentina de la década de 1970, las madres marchaban con pañuelos en la cabeza bordados con los nombres de sus hijos «desaparecidos». En la Inglaterra de los Tudor, cuando María, reina de Escocia, estaba bajo arresto domiciliario, sus bordados llevaban mensajes al mundo exterior. Desde la propaganda política del tapiz de Bayeux, los soldados de la Primera Guerra Mundial lidiando con el trastorno de estrés postraumático y los mapas cosidos por colegialas en el Nuevo Mundo, hasta la colcha sobre el sida, las historias tejidas de los hmong y los sombreros rosas con orejas de gata de las marchas feministas, mujeres y hombres han utilizado el lenguaje de la costura para hacer oír su voz, incluso en las circunstancias más desesperadas. Hilos de vida es una crónica de identidad, protesta, memoria, poder y política contada a través de la costura. Hunter teje su propia narrativa mientras nos lleva a lo largo de siglos y a través de continentes (desde la Francia medieval hasta el México y los Estados Unidos contemporáneos, y desde un campo de prisioneros de guerra en Singapur hasta un ático familiar en Escocia) para celebrar la belleza y el poder milenario, universal y poco explorado de la costura. Un libro evocador y conmovedor sobre la necesidad que tenemos de contar nuestra historia.