En la autoritaria Federación, hay un complot para asesinar al presidente, quien ha descargado su mente en una sucesión de nuevos organismos para mantener su poder. En los márgenes de una Europa occidental que ha renunciado a la gobernanza humana en favor de primeros ministros de IA, una mente artificial amenaza con desencadenar el fin del mundo occidental.
Mientras la Federación y Occidente se desmoronan, Lilia -la científica cuyo invento puede derrocar al presidente- trata de escapar de la red de vigilancia de la Federación. Pero su destino está ligado al de un grupo de personas que luchan contra el status quo global.
El resultado es una magistral crítica de las muchas formas de autoritarismo que asfixian la libertad humana.
Lila Crayne es una actriz de renombre y la chica perfecta: amable, hermosa y magnética. Ella y su prometido, el visionario cineasta Kurt Royall, se han instalado en un impresionante apartamento del West Village en Nueva York y están a punto de empezar a rodar una adaptación de Suave es la noche, de Francis Scott Fitzgerald. Para preparar el papel protagonista, Lila empieza a trabajar con el encantador terapeuta Jonah Gabriel, quien le ayudará a indagar en los traumas de su pasado. Pronto, la vida impecable de Lila comienza a desmoronarse en el sofá de la terapia y Jonah parece el hombre adecuado para recoger sus pedazos. Pero todo el mundo tiene un secreto y nadie es lo que parece.
Entre 2011 y 2015 Manuel Vicent publicó tres novelas que conforman una serie sobre la España contemporánea. Si en la primera de ellas, Aguirre, el magnífico, tomó al duque de Alba como eje para contar la época del franquismo, en El azar de la mujer rubia son Carmen Díez de Rivera y un Adolfo Suárez ya desmemoriado las columnas en las que se vertebra el relato de la Transición.
Por último, en Desfile de ciervos, un retrato de la familia real pintado durante décadas por Antonio López muestra cómo la utopía democrática acabó desguazándose. En estos libros hay picaresca, casi esperpento literario, hay humor e ironía, pero, sobre todo, prevalece la capacidad magistral de Vicent para retratar personajes y para contar nuestra historia.