Desde hace dos décadas, Dios puso en el corazón de Katia Gil escribir este libro, y desde hace 19 años, ella puede contar un antes y un después en su historia. Han llegado a su vida situaciones emocionales, crisis espirituales, problemas financieros y quebrantos de salud, pero si de algo ella está segura es de que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.
Este libro presenta relatos honestos y experiencias con Dios, en los que se habla de:
—Las consecuencias de no atender la voz de Dios.
—Las ventajas de reconocer el pecado que vive en nosotros.
—Cuando la soberbia y la ira restan calidad a nuestros días.
—La lucha por conocer a un Dios vivo y real.
—La travesía por el desierto y el mundo espiritual adverso.
—Cuando un narcisista irrumpe en tus sueños.
—La gratitud al aceptar la perfecta voluntad de Dios.
No pretende con estas líneas dar recetas mágicas de autoayuda y superación personal, sino decir que Dios vino a dar libertad a los cautivos, que hay victoria en Jesús, que el cielo es tan real como el infierno y que la gracia y la misericordia de Dios es lo que más necesitamos para vivir.
Frente a las teorías de la democratización, en América Latina se asiste a la neooligarquización del Estado con coro electoral. La multiplicación de consultas electorales bajo la preeminencia de formas procedimentales, hace que los votos estén lejos de incidir en las decisiones centrales del poder político en la región. Los proyectos de transformación del orden existente reclaman atender los problemas del poder; de ahí que sea necesario discutir diversas nociones sobre la sociedad civil y dar una amplia exposición conceptual de las principales nociones referidas al análisis del Estado, del poder y de la política.
Mayormente, lo que Dios hace es amarte.
Si pudiéramos creerlo, en verdad creerlo, ¿qué tan distintos seríamos? ¿Qué tan diferente sería nuestra vida? ¿Qué tanto alteraría nuestro mundo? Si alguna vez has batallado con tu conexión con Dios (¡o incluso si acaso te sientes conectado con alguna fe!), no estás solo. Sobre todo en nuestro mundo moderno, con su incesante e infinito ciclo de noticias, todos nos debatimos con preguntas así. ¿Lo hacemos solos, con desesperanza y resignación? ¿O le buscamos sentido en Dios, con esperanza? En estos tiempos inciertos, ¿creer en el poder del amor divino es lo que podría tener más sentido?
Es víspera de Navidad y la visita de la clase de Joséphine al zoo ha sido una catástrofe. Nadie sabe qué ha pasado exactamente y los padres de la niña están dispuestos a descubrirlo. Mientras la investigación avanza, comprendemos poco a poco que una catástrofe nunca llega sola, que las apariencias engañan y que los acontecimientos pueden tomar un giro que nadie imagina.
La muy catastrófica visita al zoo nos mantiene en vilo hasta el final; es una novela divertida y emocionante, repleta de guiños sobre nuestra sociedad, sobre la democracia, la educación inclusiva, el rol de los padres y de los maestros.
La sociedad en la que vivimos nos aleja de la muerte, de las personas que están muriendo, y nos obliga a perder momentos mágicos y únicos que llenan de sentido la vida.
En los años que Xusa Serra ha ejercido de enfermera de paliativos ha tenido el privilegio de acompañar a cientos de personas en sus últimos minutos, y tambien a sus familias, y ha podido vivir en sus carnes momentos especiales que son lecciones de vida.
Entre estas páginas, descubriremos cómo la muerte nos enseña a vivir con plenitud, pasión y propósito. Conoceremos situaciones inexplicables pero reales, circunstancias que nos harán dudar de todo aquello que hemos aprendido y que nos abrirán la mente y el corazón. Un viaje que nos ayuda a entender de forma cercana y con mucha tranquilidad el proceso de morir, el acto de despedirse y a construir el camino del duelo para incorporar la muerte de un ser querido desde el amor y la calma.
«Hablar de extrarradio y de periferia significa hablar de clase obrera, de bloques de ladrillo y hormigón, de toldos verdes comidos por el sol, de pisos sin ascensor y de cierto porcentaje considerable de población migrante en edad de trabajar. Aunque se conocen como barrios de clase trabajadora, también los habitan muchas personas sin empleo que se arriesgan a perder una muela por no poder empastarla».
Mientras que la literatura obrerista se ha encargado de romantizar el mono azul de trabajo y la academia feminista aboga por romper techos de cristal, las condiciones de quienes se encargan de lavar los primeros y barrer los segundos han quedado totalmente descuidadas y olvidadas. Cargadas de razones y muy cansadas de cuidar para que otras concilien, un centenar de Hijas del hormigón le han contado a la politóloga Aida dos Santos su día a día, porque la precariedad y las privaciones no siempre las recoge la estadística. Ahí donde leas «Esto a mí también me pasa» y asientas en silencio estará la prueba de que lo que te atraviesa a ti, nos limita a todas.