Un despunte de robos en una residencia de estudiantes no es el tipo de delito que suele despertar el interés de Hércules Poirot. Tras repasar la lista de objetos sustraídos o vandalizados, que incluía un estetoscopio, unos viejos pantalones de franela, una caja de bombones, una mochila rajada o un anillo de diamantes encontrado en un plato de sopa; Poirot felicitó a la directora, la señora Hubbard, por presentarle un caso «único y hermoso».
La lista no tenía ningún sentido.
Pero si se trataba de un ladrón de poca monta, ¿por qué estaban todos tan asustados?, se preguntó Poirot.
Himno telúrico a los elementos naturales del continente americano, ascensión hacia la redención del propio ser desde el deshumanizador mundo masificado hasta la comunión con un pasado que es un paisaje a la vez humano, arqueológico y orográfico, Canto general es quizá, por encima de todo, un poema a la vez épico y moral. Se trata de un texto en la gran tradición de la poesía a un tiempo civil, histórica y metafísica de los poetas románticos, a la que ha sido incorporada la herencia expresiva de las vanguardias de nuestro siglo, y la capacidad desmitificadora y satírica del cronista crítico del presente.
Esta monumental biografía de un continente es también la biografía de un hombre, el propio Neruda, errante y clandestino al redactarla, y un canto a sus compatriotas anónimos, a la fraternidad con los oprimidos y humildes y a la vastedad silenciosa y solemne del gran océano inmemorial que lo circunda todo. Este impresionante canto a América es una de las obras maestras de Neruda y de la literatura en lengua española del siglo xx.
EL AUTOR DE LA NOVELA TRES DÍAS DE FELICIDAD VUELVE PARA EMOCIONARNOS Kumorizora tiene un trabajo algo peculiar. Ha desarrollado la capacidad de poseer a las personas. Su trabajo consiste en poseer a su objetivo y llevarlo a suicidarse de manera que parezca natural. Todo se tuerce cuando su siguiente encargo implica provocar el suicidio a Aozora, una chica frágil y misteriosa que no parezca que vaya a oponer resistencia a su posesion. En ese instante, Kumorizora decide que observará un poco más el día a día de Aozora para determinar porqué ha tomado de buen grado su destino.