Pocos acontecimientos históricos ilustran la fragilidad de la democracia de una manera tan evidente como el que se relata en El fracaso de la República de Weimar, uno de los mayores dramas de la historia mundial, que el prestigioso historiador alemán Volker Ullrich explica como nunca antes se ha contado: de una forma vívida, emocionante y tan minuciosamente contextualizada que los paralelismos con la actualidad emergen de manera sorprendente.
Es cierto que el nacimiento de la república se había producido en un contexto desfavorable: el Imperio alemán había sufrido una aplastante derrota y el país tuvo que aceptar las durísimas condiciones del Tratado de Versalles, a las que se sumó una interminable sucesión de crisis económicas (solo interrumpidas por una fase de aparente estabilización a mediados de los años veinte). Pero, a pesar de todas las penurias por las que transitó, la recién esbozada primera democracia alemana no nació predestinada a un final estrepitoso: desde la fase fundacional de la república hasta enero de 1933 hubo repetidas oportunidades de marcar un rumbo diferente. ¿Por qué no se logró? Entonces, igual que ahora, la realidad de un país dependía de las acciones concretas de los individuos. En cada página de este apasionante libro, Ullrich nos lanza un recordatorio urgente: está en nuestras manos que la democracia triunfe o fracase.
¿Cuál es el camino hacia el éxito? A menudo se cree que la construcción de un proyecto es la suma de momentos brillantes, una escalada perfecta hasta la cima. Pero nada más lejos de la realidad. Todos los grandes emprendedores han sufrido fracasos a lo largo de su carrera. La diferencia es lo que han conseguido sacar de cada uno de ellos. Sin embargo, el fracaso sigue estando muy estigmatizado en España, mientras que en otras culturas como la estadounidense se abraza como parte indispensable del viaje hacia el triunfo.
Con esta impresionante adaptación gráfica del clásico contemporáneo de Margaret Atwood, llevada a cabo con suma belleza por la artista Renee Nault, el aterrador universo de Gilead cobra vida como nunca hasta ahora.
Defred es Criada en Gilead, una república donde a las mujeres se les prohíbe trabajar, leer y entablar amistades. Sirve en el hogar del Comandante y su Esposa, y en el nuevo orden social tiene un único cometido: una vez al mes, tumbarse boca arriba y rezar para que el Comandante la deje embarazada, porque, en una época en que apenas nacen niños, Defred y las demás Criadas valen en la medida en que son capaces de engendrar. Pero Defred recuerda los años previos a la instauración de Gilead, cuando ella era una mujer independiente con un empleo, una familia y un nombre propio.