Georges Duroy, un ex suboficial que ha servido en Argelia, malvive en París con un empleo sin futuro. Tres francos con cuarenta céntimos es lo que tiene en el bolsillo al empezar la novela, lo que equivale «a dos cenas sin almuerzo, o a dos almuerzos sin cena, a elegir». Pero un fortuito encuentro con un antiguo compañero del ejército, que ahora es redactor político de un periódico influyente, va a cambiar su vida. Iniciado por su amigo en el periodismo, ese oficio de «quienes despachan la comedia humana cobrando por líneas», se encuentra de pronto rozando los círculos del dinero y el poder. Joven y apuesto, pronto se da cuenta que a través de las mujeres «se llega más deprisa»; ve, además, que, aunque no le sobren luces ni talento, lo importante para triunfar es «el deseo de triunfar». Buen Amigo (Bel-Ami) (1885) avanza a golpes de deseo y de ambición, «vanidad halagada y sensualidad satisfecha»: bajo su férula caen amantes, matrimonios, herederas y ministros.
Lo llamamos populismo y eso hace que suene bien, al menos para quienes no recuerdan el pasado. ¿Por qué no habría de prevalecer la voluntaddel pueblo sobre todo lo demás No cabe duda de que el resultado de una votación es la volonté générale, dijo Rousseau, creyendo haberresuelto de esta manera el problema de la no-libertad en un colectivo. Sin duda, el populismo es algo Bueno y General, ¿no Puede que así loparezca, hasta que de pronto se nos agolpan en la cabeza vagosrecuerdos de Huey Long, Juan Perón y Benito Mussolini. En sumaravilloso libro, Jeffrey Tucker llama al populismo de derechas porsu nombre, es decir, fascismo, o, en su versión alemana, nacionalsocialismo: nazismo. Por supuesto, el término fascismo está corrompido por el uso promiscuo que ha hecho de él la izquierda, y también losnihilistas Antifa que apedrearon e insultaron en Berkeley a la policía y a quienes se manifestaban pacíficamente tras la última delpresidente Trump. Tucker rescata la palabra fascismo para usarla en el contexto actual. Y es justamente el término que necesitamos, conurgencia.
El libro se divide en secciones que exploran la mentalidad izquierdista, su evolución histórica, sus efectos en las políticas exteriores de Estados Unidos y su impacto en el mundo moderno. Kuehnelt-Leddihn advierte sobre los peligros de la utopía igualitaria (incluyendo al izquierdista Hitler) y defiende la importancia de preservar la libertad individual frente a los sistemas políticos que buscan homogeneizar a la sociedad.