Un clásico inagotable, que sigue hablándonos como en la época de su primera publicación.
Edición de Florencio Sevilla Arroyo, catedrático de literatura española en la Universidad Autónoma de Madrid
Un éxito desde su publicación en dos partes (1605 y 1615), Don Quijote de la Mancha es con toda seguridad la mayor novela jamás escrita. Cuenta la historia de un hidalgo que, enloquecido por la lectura excesiva, recorre España en busca de aventura, justicia y gloria. Las múltiples interpretaciones de la obra reflejan su riqueza de significados y contenido: una crítica de las novelas de caballerías, la contraposición entre realismo e idealismo, o una sátira de las ilusiones cortesanas. Con las divertidas andanzas de su ingenioso protagonista, Cervantes retrató la complejidad de lo humano y dio al arte literario su más alta expresión.
Esta edición al cuidado de Florencio Sevilla Arroyo, catedrático de literatura española de la Universidad Autónoma de Madrid, incluye una introducción que contextualiza la obra, un aparato de notas, una cronología y una bibliografía esencial, así como propuestas de debate en torno a la lectura.
La segunda era continúa con una intriga política llena de magia. Waxillium Ladrian y su socio Wayne se enfrentan a una enemiga inaudita tras el brutal asesinato del hermano del gobernador, una kandra rebelde que ha perdido el juicio y ya no obedece al nuevo dios de Scadrial, Armonía.
Mientras Wayne y Marasi intentan frustrar las amenazas contra el gobernador y evitar que la ciudad estalle en revueltas multitudinarias, Wax da caza a una asesina capaz de utilizar cualquier poder y de hacerse pasar por cualquiera. Pero él mismo se verá perseguido por las sombras de su pasado...
La Armada española encarna una gran historia de éxito, a pesar de las numerosas mentiras que persiguen sus principales victorias y sus supuestas derrotas. El mayor especialista en este campo en España se sirve de tres episodios repletos de bulos para destapar su leyenda negra.
En estas páginas se analiza la rivalidad con Inglaterra que ha dado lugar a tanta desinformación. Ni España perdió el tridente de los mares en el siglo XVIni la Armada Invencible fue la gran derrota militar que la propaganda anglosajona dejó escrita. Además, la batalla de Trafalgar puso en valor cómo la Armada Ilustrada, arrastrada por errores políticos hacia un auténtico desastre, supo actuar de manera profesional y heroica incluso en las circunstancias más adversas.
La guerra contra Estados Unidos de 1898 sirve de colofón a esta manipulación del pasado. La brevedad del conflicto y el trabajo de la prensa amarillista dieron a entender que una flota de velas y madera, sin puntería ni cañones modernos, había sido arrasada por una fuerza acorazada y una tecnología superior. Un simple análisis de las fuerzas enfrentadas expone la falsedad de esta visión aún vigente.
Lejos de ser una fuerza anticuada o en decadencia, el poderío español se mantuvo en vanguardia desde los albores de la Edad Moderna hasta comienzos del siglo XX.