Él siempre obtuvo lo que quiso, hasta que la conoció.
Whit Lancaster llegó a mi vida como una tormenta que arrasó con todo. A pesar de que muchos le temen, nadie puede negar que es tan atractivo como las estatuas griegas que adornan los jardines de nuestra escuela, la misma que fundó su familia.
Aunque intenté mantenerme lejos de él, todo cambió la noche que lo golpearon por defenderme. Mi instinto gritaba que debía abandonarlo a su suerte, pero decidí ayudarlo. Al final, caí en sus mentiras: me sedujo con sus fríos ojos azules y, cuando se fue de mi cuarto, se llevó mi diario.
Ahora sabe todos mis secretos y promete usarlos en mi contra. Si los demás se enteran de lo que he escrito en esas páginas, mi vida quedará arruinada para siempre. La única opción es hacer un pacto con el diablo y, a cambio de su silencio, acceder a todo lo que Whit me pida.
«Nunca podría haber previsto cuánta gente leería mi historia y, menos mal, porque, de haberlo pensado, no habría sido tan sincera como lo fui al escribirla.Este libro trata sobre mis amistades, pero también sobre las vuestras.Este libro trata sobre la gente que vivió a mi lado durante un momento muy corriente y muy especial de mi vida.Este libro es una carta de amor.»
Todo lo que sé sobre el amor es tan salvajemente divertido y conmovedor como la vida de cualquier veinteañero que crece navegando entre desengaños amorosos y relaciones desastrosas.
Rebosante de ingenio, corazón y humor, es un libro para compartir con todas las mujeres a las que alguna vez has tenido la suerte de llamar amigas.
El desenlace de la bilogía «Deja que ocurra». ¿Qué pasará con Axel y Leah?
Han pasado tres años desde la última vez que Axel y Leah se vieron.
Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo.
Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.