Simon Latch es un modesto abogado de Virginia que gana lo justo para pagar sus facturas mientras contempla cómo su matrimonio se desmorona poco a poco. Hasta el día en que entra en su despacho Eleanor Barnett, una anciana que necesita redactar un nuevo testamento. Según relata, su marido le dejó una pequeña fortuna de la que nadie sabe nada.
Ahora que Simon ha conseguido a la clienta más adinerada de toda su carrera, el abogado debe trabajar con discreción para mantener su riqueza oculta. Pero pronto la historia de la anciana empieza a resquebrajarse. Y cuando es hospitalizada tras un accidente de coche, Simon se da cuenta de que nada es lo que parece. No solo eso. Simon se enfrenta a un juicio por un delito que jura no haber cometido: asesinato.
Él sabe que es inocente. Pero también que las pruebas circunstanciales están en su contra y que podría pasar el resto de su vida entre rejas. Para salvarse, debe encontrar al verdadero asesino...
Enero de 1942. Cuando exigen al lujoso hotel Avallon colaborar en la guerra alojando a trescientos diplomáticos y simpatizantes nazis, la prioridad de June Hudson, la directora, es convencer a sus trabajadores de seguir como si nada, y sin perder la sonrisa. Sin embargo, también debe lidiar con Tucker Minnick, el agente del FBI cuya investigación para destapar los secretos que guardan los alemanes amenaza el delicado equilibro que ella se desvive por mantener.
A medida que oscuras alianzas y emociones inesperadas van resquebrajando el brillante barniz del hotel, June se ve obligada a reconocer el verdadero precio de la riqueza. Al fin y al cabo, solo ella sabe el sacrificio necesario para contentar a todos: a su personal, a las autoridades y, sobre todo, a las tumultuosas aguas dulces que discurren por el corazón del hotel y que nacen en los mismos montes Apalaches.
1800. Ser una bruja puede costarte la vida, pero solo si te descubren. Por eso, cuando su secreto se revela, Riven y sus hermanas deben huir para evitar la horca. Pronto encuentran refugio en Pitchfork, un pueblecito de calles empedradas, rodeado por un frondoso y oscuro bosque, donde sus habitantes las acogen con los brazos abiertos.
En nuestros días la necesidad de reimaginar lo planetario es una tarea urgente. La artista y teórica de vanguardia Patricia Reed nos invita a emprender este propósito desde lo más esencial y a la vez lo más complejo: a través de una revisión de los marcos conceptuales que han configurado la modernidad y la sociedad industrial. Lo catastrófico, dice la autora, no es otra cosa que «mantener la calma y seguir adelante». Por eso necesitamos modelos de pensamiento que no se adapten a la continuidad destructiva del presente. En diálogo con otras pensadoras de la «planetariedad» como Gayatri Spivak, Denise Ferreira da Silva o Yuk Hui, con el giro especulativo y la crítica del humanismo, Reed moviliza el pensamiento planetario como una red teórica crucial para entender la diversidad de epistemes y tecnoculturas que determinan nuestro mundo; y, apoyándose en las ideas de la filósofa Sylvia Wynter, apela a los «nuevos géneros del ser humano» y al poder de la ficción como revulsivos.
Phileas Fogg es un rico caballero británico que apuesta con sus colegas del Reform Club que es capaz de dar la vuelta al mundo en 80 días. Parte de Londres acompañado de su mayordomo Jean Passepartout en una aventura que le llevará por Europa, América, Asia y África. En el trayecto lo persigue el detective Fix, convencido de que Fogg ha robado 55.000 libras al Banco de Inglaterra. Es la obra más popular de Verne y su mayor éxito de ventas.