Peñas arriba, publicada a principios de 1895, alcanzó un éxito inmediato por su capacidad de captar las dimensiones simbólicas de un paisaje, el de la montaña cántabra, que aparece contrapuesto a la vida sofisticada y mendaz de la urbe. En el frívolo y mundano Marcelo y en la relación que establece con su tío, el ejemplar don Celso, se cifra ese camino de regreso a lo natural.
En su edición para la Biblioteca Clásica, Laureano Bonet sitúa el "realismo regionalista" de Pereda en su contexto estético e ideológico (tradicionalista y antiliberal), ubica la novela en unas coordenadas europeas más amplias y le insufla, además, una mirada renovadora, de orden antropológico, que la aproxima a angustias de nuestro propio tiempo.
Para el establecimiento del texto se ha escrutado detalladamente el difícil proceso de redacción de la novela -interrumpida por el suicidio del hijo-, cuyo autógrafo se conserva, y se han tenido en cuenta la primera edición y la que se incluyó en las Obras completas del autor.
Fueron veinte años los que Penélope esperó a su marido. Durante ese largo tiempo, reinó Ítaca y crio al futuro monarca, Telémaco. Sin embargo, a su regreso, Ulises decidió expulsarla por traición convirtiendo el destino de su esposa en un misterio. Pero ¿acaso puede alguien creer que la mujer que engañó a mil pretendientes de entre los hombres más poderosos de Grecia tejiendo un sudario infinito para dilatar el tiempo se rendiría sin más? Esta novela nos cuenta el viaje de Penélope después de su exilio. Un relato repleto de emoción y aventuras, de historia y mitología, que nos sumerge en la antigua Grecia y nos transporta hasta el corazón de una mujer capaz de arriesgarlo todo para hacer justicia.
Follow Penelope the pug in the second book of this delightful series set in Regency-era London!
Penelope the pug is completely content in her new forever home with Lady Diggleton. So when her beloved owner receives an invitation to meet the Queen at Windsor Castle—and an instruction to bring the pug along—Penelope couldn’t be more pleased for her Lady’s good fortune.
However, once the two arrive at the castle, their fortune starts to seem less than fortunate. The Queen commands Penelope to befriend her own pup, a snooty dog named Duchess whose manners are most offensive, and who wants nothing to do with the poor pug.
But when the Queen’s prized Canis diamond ring goes missing and Duchess stands accused, Penelope—who knows the dog is innocent—must find a way to defend her. If the pug is certain that her fellow canine didn’t commit the crime, though, can she clear Duchess’s name by determining who did?