La línea entre el amor y la obsesión nunca ha sido tan amplia...
Aunque Sera se ha liberado de las garras de Kolis y ha regresado con sus seres queridos, no todo está en calma. Los recuerdos todavía la atormentan, pero Sera, por fin, tiene esperanza en un futuro con la otra mitad de su corazón y de su alma. Nyktos desea, ama y acepta todas las partes de ella... incluso las más monstruosas.
Sera y Ash tienen que luchar por todo lo que hay en los mundos, y Nyktos no tiene ninguna duda de que Sera puede ser la Reina de los Dioses. No obstante, ella debe tener fe en sí misma si quieren convencer a las otras cortes para que los apoyen contra Kolis, y poder hacer así de Iliseeum y del mundo mortal lugares mejores y más seguros para todos.
A medida que Sera empieza a desentrañar la importancia de su estirpe y del verdadero significado detrás de la profecía, queda claro que todo lo que ha ocurrido y lo que todavía está por venir es mucho más grande que Kolis y sus retorcidas obsesiones.
Se está gestando una batalla entre los dioses y están a punto de producirse pérdidas devastadoras ahora que el verdadero Primigenio de la Muerte es cada vez más fuerte. Con una familia del corazón dispuesta a luchar a su lado, ¿podrán Sera y Nyktos detener a Kolis antes de que destruya los mundos, o desaparecerá todo en un ardiente infierno de sangre y cenizas?
... y la línea entre la justicia y la venganza nunca ha sido tan estrecha.
En el año 1600, Jacob Böhme tuvo su más famosa iluminación al ver en un instante, según refiere, todos los secretos del universo reflejados en la concavidad iluminada por un rayo de sol de una vasija de estaño que tenía colgada en la pared, tras lo cual estuvo «rodeado de luz divina» durante siete días. Para Böhme, Dios es el todo, «el gran abismo sin fondo que hay en todas partes», la nada que anhela llegar a ser engendrándose y engulléndose eternamente. Su obra es un continuo intento de descifrar el sentido de sus experiencias místicas, que no cesaron de crecer en interés y fama, porque nunca la mística y la magia se han tratado de una manera tan lógica.
Para Friedrich Schelling, Böhme es una aparición milagrosa en la historia del espíritu humano, y en particular del alemán, por su notable influencia en Tieck, Novalis, Goethe y otros románticos. Schopenhauer toma de él su noción de voluntad, y para Heidegger es, junto a Meister Eckhart, el primer autor metafísico de la filosofía alemana. Newton, Unamuno y otros muchos lo leyeron asimismo con atención.
Puede que la mayor tragedia en el campo del cine de la inveterada costumbre española de vivir de espaldas a Portugal haya sido el escaso interés por una de las personalidades más destacadas de la cinefilia del siglo XX, João Bénard da Costa, quien desde la Gulbenkian primero y, especialmente luego, como factótum de la Cinemateca transformaría para siempre la cultura cinematográfica de su país, en sintonía con la revolución moderna de Langlois en Francia. Así, como su maestro, pensó la programación de cine como una bella arte, en parte juego intelectual, en parte fuente de iluminaciones y transmisión de conocimiento: la puesta en contigüidad de películas e ideas que establecen linajes, dialécticas o extravíos rizomáticos donde se abolen las jerarquías entre alta y baja cultura. Para contagiar el entusiasmo por el cine, además de amarlo hubo que defenderlo, y nadie como Bénard da Costa lo hizo, con cientos de textos, hojas de espectador, libros y artículos en periódicos como estos que publicara en O Independente entre 1989 y 1990 y que conforman la base de Muy de la casa, exquisita colección de mini-biografías de actores y actrices considerados como de la familia.
En el invierno de 1930, llegan al barrio rural de Las Casetas Joaquina y su marido, un clarinetista de la banda de Zaragoza, sastre de profesión, llamado Mariano. Ha sido contratado para hacerse cargo de la exigua banda municipal de esa localidad de gente trabajadora, mayormente agricultores sin formación. Enseguida conoce a los que han de ser los miembros de su banda: campesinos con los dedos deformes y las uñas negras sin ningún sentido musical. Pero nadie parece querer ponerselo fácil, ni siquiera funciona la pequeña sastrería que abre y es Joaquina la que debe trabajar en un horno de pan y vendiendo bocadillos en la estación para sacarlos adelante.
Sin embargo, poco a poco, Mariano conseguirá ganarse la confianza de esa gente ruda y él mismo aprenderá a confiar en ellos. Firme creyente en las ideas progresistas de modernizar el país a través de la educación y la cultura, realmente conseguirá, a través de su pasión por la música, mejorar las vida de estas personas. Frente a sus logros, emerge sin embargo una curandera a la que llaman "la bruja", empeñada en expulsar a Mariano y su esposa de la comunidad. Y entre ambos se establecerá un pulso entre razón y magia, rechazo y deseo, mientras la amenaza de la guerra avanza inexorablemente.
Música en la oscuridad nos trae de vuelta al mejor Antonio Iturbe, a un excepcional contador de historias que, como ya demostró en La bibliotecaria de Auschwitz, tiene un don especial para rescatar del olvido un episodio real poco conocido de nuestro pasado reciente y escribir una novela conmovedora de superación en tiempos de guerra.
Que el título lleve la palabra música nos pone sobre aviso, ya que de ua músico no pueden salir notas discordantes en la poesía. Este libro es un ejemplo de ello. Por otra parte, es vetado, en sentido de que en este libro, titulado Música del desierto, no hay nada desértico, nada árido: tods se resuelve en una ubérrima forma de presentar la poesía,
Este texto soporta satisfactoriamente la presencia de la narrativa poética, una especie de prosa "poética, narratividad microscópica, en la que el autor describe cinematográficamente un hecho para aportar a la poesía dinamismo, acción, secuencia de hechos revalorízados.
En sentido general, esta obra presenta unos impresionantes registros. Desde las pausas adecuadas, grandes giros sintácticos, excelentes imágenes, distribución sincronizada de las ideas son un concierto de posibilidades quehecen de este Mésica del desiertouna fructífera forma de manifestar la poesía.
En muchas familias de hoy las mascotas se han ido constituyendo en un miembro más. Para empezar, se les pone un nombre que las distingue y refuerza su individualidad. Y, además, se les mima y trata como verdaderos acompañantes de las personas, a quienes dan y de quienes reciben cuidado y cariño. Se les compra ropa, comida y juguetes para su entretenimiento; si se enferman, las llevan de inmediato jonde el veterinario, y en ocasiones tienen el detalle de llevarlas al salón de belleza, donde se ocupan de su higiene y apariencia