Una obra esencial para entender sin prejuicios la larga historia del conflicto palestino-israelí
El 7 de octubre de 2023 Israel vivió el atentado más grave de su historia. La brutal respuesta perpetrada en la Franja de Gaza ha hecho que una serie de organismos internacionales y muchos analistas hablen de genocidio. Así, la lectura del conflicto en Palestina se ha visto enturbiada por la división de opiniones y emociones, dificultando el relato fidedigno.
El reputado periodista francés Pierre Haski trata de resolver la encrucijada advirtiendo que ese enfrentamiento no comenzó el 7 de octubre, sino que debe enmarcarse en un contexto que viene de muy atrás. Y recuerda en estas páginas que sostener que los atentados de Hamás no surgen de la nada no equivale a justificarlos.
Haski repasa sus cuatro décadas de experiencia como corresponsal en el extranjero para dar perspectiva sobre lo que está en juego en este conflicto. Desde su primer reportaje en Gaza en 1982 ha seguido y documentado todas las etapas de la historia de la región, marcadas tanto por momentos dramáticos como por efímeros períodos de esperanza.
Como testigo de primera mano, el autor se sumerge en sus archivos y nos ofrece un detallado y profundo análisis de la crisis desencadenada en octubre, punto de inflexión en una trayectoria ya de por sí turbulenta que ha desatado una grave crisis de repercusiones mundiales.
En 1972, cuando unos obreros de la ciudad de Pottstown (Pensilvania) excavan los cimientos de una nueva urbanización, lo último que esperan encontrar es un esqueleto en el fondo de un pozo. De quién es ese esqueleto y cómo ha llegado hasta allí son dos de los secretos que esconde Chicken Hill, el humildísimo barrio donde judíos inmigrantes y afroamericanos comparten ambiciones y penas. Y allí, en Chicken Hill, cuarenta años antes de ese descubrimiento, vivían Moshe y Chona Ludlow: Moshe organizaba conciertos en el teatro que había fundado y Chona regentaba la tienda de comestibles El Cielo y la Tierra. En los años en que el Ku Klux Klan se enseñoreaba y los puestos importantes los ocupaban los blancos, esta novela narra la odisea de varias comunidades que osan enfrentarse a las injusticias. Lo demostrarán el día en que el Estado vino a buscar a un niño sordo para internarlo en un terrible centro, y Nate Timblin, el conserje del teatro de Moshe y líder oficioso de la comunidad negra de Chicken Hill, tomó cartas en el asunto.
La principal amenaza de la democracia no es la violencia ni la corrupción o la ineficiencia, sino la simplicidad. Desde el punto de vista de la teoría de la democracia, este libro ofrece una actualización de nuestros conceptos políticos, que fueron pensados en una época de relativa simplicidad social y política. Este déficit teórico se corresponde con una práctica política que simplifica y empobrece nuestras democracias. Nuestros sistemas políticos no están siendo capaces de gestionar la creciente complejidad del mundo y son impotentes ante quienes ofrecen una simplificación tranquilizadora. La política, que opera actualmente en entornos de elevada complejidad, no ha encontrado todavía su teoría democrática. Ya no tiene que enfrentarse a los problemas del siglo XIX o del XX, sino a los del XXI. Si la democracia ha efectuado el tránsito de la polis al Estado nacional, de la democracia directa a la representativa, no hay razones para suponer que no pueda hacer frente a nuevos desafíos, siempre y cuando se le dote de una arquitectura política adecuada. Este libro se dirige a quienes no creen en las respuestas simples, pero tampoco quieren desesperar ante la complejidad de los problemas. En él se formula una teoría de la democracia y del gobierno para el siglo XXI desde el presupuesto de que la más prometedora renovación de nuestras democracias será el resultado de hacerlas más complejas.
Una reflexión filosófica sobre los principales asuntos que la inteligencia artificial nos obliga a repensar: las capacidades de los algoritmos y las de los humanos; la naturaleza de la automatización, la fiabilidad de la analítica predictiva; el poder y la inexactitud de los datos; el aspecto colectivo y social de la privacidad, o el lugar de la indeterminación y el azar en un entorno mediado por la gobernanza algorítmica.
Una pequeña fiesta llamada Eternidad habla de un mundo que se acaba, pero no todavía: del pasado que nos encauza hacia el futuro, de la noche —con su día— y de la revolución. En estos poemas se baila como bailan los cuerpos al sonar el amor y el deseo, las utopías y las decepciones, la rabia y la esperanza; también las ficciones que «nos ayudan a soportar la vida» frente a la misma vida que no sabemos si decir o no. De fondo se oyen los versos de Sylvia Plath, de Anne Sexton, acaso el golpe beat, tan altos y salvajes los de Carmen Ollé.
En esta celebración inagotable se ama y se promete todo, incluso la salvación. Desde la escritura, y desde el sexo, y desde la insurgencia: en Una pequeña fiesta llamada Eternidad hay fuego y purpurina. La primera persona se conjuga singular y se comprende plural, colectiva. Un libro en el que Gabriela Wiener se asoma hacia la eternidad que sigue a la derrota, y nos lo cuenta aún más personal, aún más político.
Adriana Peña, técnica de sonido de Navacerrada, vive tan enamorada del famoso cantante estadounidense Deacon Black que incluso lleva tatuada una frase de una de sus canciones. Por eso, cuando le ofrecen trabajar en la gira asiática de Deacon, acepta emocionada. Aunque su relación es puramente laboral, una noche coinciden en el spa del hotel y hablan de todo menos de trabajo. Disimular estando a solas con su crush se le hace muy difícil, pero debe ser profesional, así que se calla sus sentimientos.
Tras una dolorosa ruptura, Deacon se sumerge en su gira mundial y no quiere saber nada de su ex. Al finalizar el tour, Adriana lo invita a pasar las fiestas en su hogar en Navacerrada. Deacon, que odia la Navidad, acepta sin saber que el espíritu navideño lo espera.