«Si algún poeta dominicano significa o representa la pasión en su más alto grado ese es Rafael Valera Benítez, aunque su obra poética no es amplia, pero sus poemas contienen una fuerza telúrica reveladora. Era un deslumbrante maestro del soneto y, cuando escribía versos libres, siempre versículos que recuerdan a Whitman o a Claudel, la musicalidad avasalladora de sus páginas es como un volcán ciego, río de lava quemante que fluye hasta reencontrarse y reconciliarse consigo mismo». —Radhamés Reyes Vásquez
Elegías de Duino de Rainer María Rilke, es una de las creaciones cumbres de la poesía del siglo XX. La grave crisis psicológica que sufrió, en gran parte debida a su acercamiento a la filosofía existencial de Kierkegaard, y el dramatismo y la angustia que soportó por la guerra mundial, que tanto le obsesionaba, le llevó al autor a una huida de la cultura de la crisis que ocupaba el fin de siglo, llevándole hacia una visión más compleja de la vida; una visión que consideraba al hombre culpable de la destrucción del mundo, pero también su salvador cuando pudiera transferir su entidad al «espacio interior», identificado y defendido por la palabra poética. Las traducciones del doctor Dörr están acompañadas por iluminadores comentarios que ayudan al lector a adentrarse en las profundidades metafísicas de Rilke. No son interpretaciones psicológicas, sino una auténtica labor hermenéutica con la que se intenta desentrañar el sentido de los poemas sin ideas preconcebidas y fundamentado cada juicio.
Se propugna por un modelo de elecciones unfiicadas en un mismo día, por razones políticas, electorales, de racionalidad del gasto público y de urgencia de que las entidades político-partidarias rescaten la formación política y educación integral; así como en la organización de agendas programáticas de sus militantes; recurran a la realización de debates, reflexiones y reformas con el tiempo y la meditación necesarios que de algún modo se ven obstaculizados por procesos constantes de selección de candidaturas y jornadas electorales frecuentes y prolongadas. Además, porque el cortoplacismo que imponen los intereses partidarios en un ambiente de elecciones constantes dificulta las posibilidades de diálogos interpartidarios que viabilicen el impuso de las reformas que podría necesitar el país.
UN PUEBLO MALDITO.
UN PRÍNCIPE DESTERRADO.
UNA ALIANZA INESPERADA…
Y UN DESCUBRIMIENTO QUE
CAMBIARÁ LA MAGIA PARA SIEMPRE.
Elantris es la bella y poderosa capital de Arelon, llena de magia, famosa sede de los inmortales, la llamada «ciudad de los dioses».
O, al menos, lo era. Hasta que la magia comenzó a desvanecerse, hasta que empezó a pudrirse, hasta que cayó maldita. Hasta que se convirtió en una trampa mortal para sus residentes.
"El zoo de cristal" es una declaración de intenciones. El teatro no puede ni debe ser una sucesión de diálogos y acotaciones. Una pieza dramática es la obra de arte más completa, pues en ella intervienen los más variados lenguajes. La pieza, más allá de valoraciones caducas, es un prodigio de teatro plástico. Por su parte, "Un tranvía llamado Deseo" es un clásico de la dramaturgia occidental. Como todo clásico, nunca ha tenido más vigencia que en estos momentos. Cuando Blanche le pide a su hermana Stella que no se quede atrás con las bestias y afirma que Stanley no puede ser la "solución", habla en nombre de una humanidad asediada por la brutalidad, la intolerancia, los atavismos y la mediocridad más ramplona; es decir, habla en nombre de todos nosotros.
Para los nobles de Pern, Lessa no es más que una sirvienta andrajosa. Ignoran que es la única superviviente de la familia que gobernaba el fuerte de Ruatha, oculta a la espera de poder vengar a sus familiares asesinados. Y por fin se acerca ese día...
Todo cambia cuando hasta Ruatha llegan los jinetes de dragones, y una antigua amenaza reaparece. Porque entonces dos caminos se abren ante Lessa: continuar como siempre o irse con ellos e introducirse en un nuevo y apasionante mundo.
Tara Selter y su marido Thomas viven en Clairon-sous-Bois y son libreros anticuarios especializados en libros ilustrados del siglo XVIII. El 17 de noviembre Tara se despide de su esposo y viaja a Burdeos para asistir a una subasta. A última hora de la tarde toma un tren de Burdeos a París y se aloja en el hotel de siempre, situado en la rue Almageste, donde hay muchas librerías anticuarias. Su plan es dedicar los dos días siguientes a visitar a colegas y realizar más compras para su negocio. El 18 de noviembre va a una de esas librerías y se quema la mano con una estufa de gas. De vuelta en el hotel se lo cuenta a Thomas por teléfono y se acuesta.
Y entonces sucede algo inaudito: al despertarse por la mañana en el hotel, no tarda en descubrir que continúa en el 18 de noviembre. Su marido no es consciente de ese bucle temporal y es inútil intentar explicárselo. Solo ella parece percatarse de que están atrapados en un día que se repite hasta el infinito. Y solo ella parece sometida al paso del tiempo: su quemadura sana, lo cual quiere decir que −a diferencia de los demás− ella sí envejece. Y Tara, que es la angustiada narradora de su propia historia, se va quedando cada vez más aislada en un tiempo sin tiempo…
Tras su precipitado matrimonio con Octave de Fonneuve, Aldara, refugiada de la Guerra Civil, llega al Domaine de Clair de Lune, una imponente bodega de Borgoña. Cuando estalla la guerra en Francia, su marido cae prisionero y la deja sola frente a los recelos de su suegro, el acoso de su cuñado y la ocupación alemana. Con todo en contra, su amor y su lealtad hacia Octave la llevarán a tomar las riendas de un negocio amenazado por la rapiña nazi. Sin embargo, su determinación será puesta a prueba cuando aparezcan dos hombres: un teniente alemán, que se aloja en la mansión, y un piloto aliado caído, al que esconde de la Gestapo.
Todas las mañanas, Nicola Gamurra, un escritor de ochenta y dos años, planta su silla de playa frente al mar y observa los elegantes movimientos de Lu, una joven que cada día se desliza en su canoa por la superficie del agua. Tiene la misma edad de la madre de Nicola cuando su padre se enamoró de ella y, aunque no guardan ningún parecido, el anciano no puede evitar mirarla sin pensar en ella.