Durante el siglo XX, las controversias sobre el funcionalismo en arquitectura oscilaron entre los polos de los hechos y los valores, y la tendencia moderna a ponderar los hechos sobre los valores fue muy polémica desde el principio. La premisa que ha motivado este libro es la desaparición del término «función» en los discursos arquitectónicos actuales y su caída en el desprestigio. En su lugar, preferimos hablar de performance, traducible como «comportamiento», «desempeño» o «rendimiento». Sin embargo, performance se ha vuelto un término tan polisémico, ambiguo y polémico como lo fue el término «función» en la modernidad: es un significante vacío que debe repensarse junto a su contraparte crítica, la «representación», que es vista hoy con la más alta suspicacia.
Huir parecía su única salida. Y lo era.
Rosaura Castán ha tenido poca suerte en la vida. Su madre murió cuando ella era una adolescente en un accidente y se culpa de esa tragedia. Ese hecho provocó el extrañamiento de su familia. Desde muy joven aprendió a vivir sola; tuvo un niño, Adrián, fruto de una relación esporádica y a quien quiere con toda su alma. El muchacho era el hijo perfecto, excelente estudiante de la carrera de matemáticas, adoraba a su madre… aunque había cosas que no le contaba.
Cuando Adrián aparece asesinado en un parque de Madrid, Rosaura, literalmente, enloquece de dolor, hasta el punto de que, ciega de ira, arrolla con un coche a un joven conflictivo al que todo apuntaba como el autor del homicidio.
Rosaura es llevada a juicio y condenada a prisión por la muerte de un inocente. El asesino de su hijo sigue libre, así que la única obsesión de la mujer cuando obtenga su primer permiso penitenciario será encontrar como sea al verdadero culpable del crimen.
Fuente Amarga es un pequeño pueblo en el sur de Italia, rodeado por campos áridos a los que los hombres entregan la vida. Un pueblo como muchos, que sin embargo, para quien nace y crece allí, es el cosmos, con sus leyes universales e inmutables. En Fuente Amarga, los «paletos» sufren injusticias y abusos tan atávicos que les parecen naturales como la lluvia y el viento; y la escalera social para ellos tiene dos peldaños: la condición de gleba a ras de suelo y, solo un poco más arriba, la de los pequeños propietarios. Por encima de todos (y de todo), inalcanzables en su condición de caprichosos semidioses, los señores de la tierra, perpetuos custodios del poder al que sirven y representan según el soplo del viento de cada época. Con el advenimiento de la dictadura fascista, el orden social se tambalea, y sobre los fuenteamargados se desencadenan nuevos abusos que constituyen el relato de esta novela.
Una mañana de 1993, la vida de Blanca se rompe cuando su padre le anuncia que su madre no regresará. A partir de entonces, Blanca teme que pueda tener un don insólito: la capacidad de obrar milagros, aunque el primero sea provocar la muerte de una niña que se burla de su situación familiar. Con el peso de la culpa sobre sus hombros y las ansiedades propias del abandono, Blanca busca en internet personas con las que hablar y conecta con un grupo de chicas que también se encuentran solas y perdidas. Unidas por la fascinación que sienten por Charles y Marilyn Manson, Joy Division y su gusto por vestir de negro, Blanca encuentra en ellas a su familia elegida.
Fuego en la garganta recorre la infancia y la adolescencia de una chica que no encuentra su lugar en el mundo. Una aventura que se trasladará de las pantallas a un mundo real en el que habitan padres ausentes, héroes inesperados, monjas, tecnófobos y jipis del sur de España.
Aunque Tamsyn haya crecido en la corte, sabe que no es como las demás princesas. Al mismo tiempo parte de la familia real y la más humilde de sus sirvientas, no encaja en ningún sitio. Su único amigo es Stig, el capitán de la guardia… Aunque a veces le da la sensación de que él quiere algo más que amistad.
Cuando Fell, la Bestia de las Tierras Fronterizas, irrumpe en su hogar, Tamsyn es obligada a casarse con el cruel guerrero. Ella accede a participar del engaño, a pesar de que implique dejar atrás a Stig y la única vida que ha conocido.
Pero Tamsyn es más que la falsa esposa de un hombre que la considera una enemiga. Y cuando sus secretos salgan a la luz, prenderán una llama tan brillante como para que el reino entero arda hasta sus cimientos.
La magia no está muerta... Solo estaba dormida. Y para despertarla no hará falta más una chica corriente con un destino extraordinario.
Frutologías explora la fascinación que experimentaron espías, pintores, poetas, botánicos, chefs y perfumistas de todo el mundo y todas las épocas por estos cultivos maravillosos que han representado abundancia, longevidad, pureza, ternura, sufrimiento, deseo, discordia y pasión. Al mismo tiempo repone en clave de historia cultural sus dimensiones científica, estética y política, y traza el mapa de un futuro incierto de manipulación genética y biopersidad amenazada.
Si con las frutas ingerimos luz solar, lluvias, vientos y suelos, con este libro accedemos a su riqueza profunda y a sus sabores secretos.
La historia resumida de nuestra frontera con Haití realmente llena un espacio importante en lo que es la historiografía en nuestra nación. Enfoca su autor un tema trascendente que debe ser conocido, no solo por el estudiantado de este país sino de todos los dominicanos, dada la importancia que significa para toda la nación, conocer los confines que definen su soberanía territorial.
Este libro nació de la firme intención de escribir esos poemas que el poeta Antonio Muñoz Quintana, amigo íntimo de la autora, se había dejado en el tintero antes de su prematura muerte, el 24 de octubre de 2014. Al principio, Isabel Bono solo consiguió escribir uno, el que da título al libro, y necesitó algún tiempo más para dar forma a los demás, que llegaron a través del hallazgo y la intuición.
No estamos ante un libro triste ―tampoco celebratorio―: Bono nos entrega unos versos escritos desde la serenidad, desde esa humildad que nos permite admitir con sosiego que somos mortales, desde ese devenir de los días vacíos. Nacer es una oportunidad, morir un deber. Hay que dejar espacio a otros por mucho que nos duela. A veces el dolor acompaña, dice Bono. Y se diría que en esta vida apresurada nadie nos ha enseñado a poner el freno a tiempo. No hay prisa para vivir, no hay prisa para morir, no hay prisa para publicar. Desde 2014, estos poemas han estado reposando, esperando su momento. Y ahora parece que diez años ya son suficientes.