En estas meditaciones que se presentan bajo la forma de cartas a su amigo Lucilio, Séneca, uno de los mayores exponentes del estoicismo, nos invita a un viaje de introspección y reflexión. Escritas en un momento de crisis política y personal, las misivas no solo tratan temas filosóficos como el paso del tiempo y la naturaleza del mundo, sino que ofrecen consejos prácticos sobre cómo vivir una vida serena y feliz, enfrentando la adversidad con entereza y sabiduría.
Paul Cézanne y Émile Zola iniciaron en la infancia una amistad que enlazaría sus destinos de por vida: no sólo compartían origen geográfico, medio social y educativo, e intereses intelectuales, sino también una profunda complicidad. Pese a la distinta suerte artística de cada uno―Zola alcanzó pronto reconocimiento y éxito, mientras que Cézanne, aislado, apenas expuso su obra hasta el final de su vida, gracias a Ambroise Vollard―, mantuvieron un fructífero diálogo durante treinta años, incluso después de la publicación de La obra en 1886 en la que supuestamente Zola retrataba a su amigo pintor de un modo poco favorable. Estas cartas muestran bajo una nueva luz la riqueza de una amistad tan compleja como genuina, y la singular sensibilidad de dos artistas que tuvieron el privilegio de conocerse y lo celebraron sincerándose sobre sus preocupaciones más íntimas, artísticas y personales, a menudo indistinguibles para ambos.
Oliver Sacks en sus cartas: un derroche de talento, ingenio, curiosidad, empatía y pasión.
Oliver Sacks, que se consideraba a sí mismo un «astrónomo de la psique» y un «doctor filósofo», fue un humanista que ejercía de neurólogo. También un extraordinario escritor, como demostraron sobradamente sus fascinantes ensayos y vuelve a quedar claro en esta antología de su epistolario.
Reunidas por su editora Kate Edgar, estas cartas recorren la vida de Sacks desde 1960, cuando se marchó de Inglaterra para empezar su carrera en Estados Unidos, hasta pocos días antes de su fallecimiento. Entre los receptores de las misivas están sus padres y otros familiares, amigos, personas anónimas que le preguntaban por síntomas que sufrían y personalidades relevantes, desde científicos como Francis Crick, Stephen Jay Gould y Antonio Damasio hasta intelectuales como W. H. Auden, Harold Pinter y Susan Sontag.
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925-Madrid, 2000) nació en el seno de una familia burguesa de ideas liberales que le inculcó una educación poco convencional para la época. Con su primera novela corta,El balneario, obtuvo en 1955 el Premio Café Gijón y, tres años después, su novelaEntre visillos le valdría el prestigioso Premio Nadal. Se iniciaba así una de las trayectorias literarias más brillantes, interesantes y premiadas de la reciente literatura en lengua española, en la que sobresalen títulos comoEl cuarto de atrás, Nubosidad variableoCaperucita en Manhattan, y los ensayosEl cuento de nunca acabaryUsos amorosos de la postguerra española. Esta biografía, merecedora del Premio Comillas 2025, contiene una ingente documentación, inédita o poco conocida, compuesta de cartas y abundantes cuadernos de apuntes, notas y observaciones, así como datos aportados por familiares y amigos que la conocieron bien. El resultado es el retrato de una escritora extraordinaria, que abrió muchas sendas antes cerradas a las mujeres, y de una novelista y ensayista que en sus libros alumbró los sorprendentes matices ocultos tras unas vidas aparentemente anodinas. Es también el relato de una existencia volcada en la escritura y marcada por dolorosas experiencias vitales, reflejadas con exquisita sensibilidad en una biografía imprescindible para conocer la vida y la obra de Carmen Martín Gaite.