Evangeline Fox viajó al Glorioso Norte buscando su «felices para siempre» y parece que lo ha conseguido: está casada con un atractivo príncipe y vive en un castillo legendario. Pero no tiene ni idea del devastador precio que ha pagado por ese cuento de hadas. Desconoce lo que ha perdido y su marido va a asegurarse de que no lo descubra nunca. pero antes debe matar a Jacks, el Príncipe de Corazones.
En esta obra, la cautivadora y esperada conclusión de la trilogía Érase una vez un corazón roto, se derramará sangre, se robarán algunos corazones y el amor verdadero será puesto a prueba.
Dos villanos, una chica y una batalla mortal para conseguir un final feliz.
Evangeline Fox viajó al Glorioso Norte buscando su «felices para siempre» y parece que lo ha conseguido: está casada con un atractivo príncipe y vive en un castillo legendario. Pero no tiene ni idea del devastador precio que ha pagado por ese cuento de hadas. Desconoce lo que ha perdido y su marido va a asegurarse de que no lo descubra nunca. pero antes debe matar a Jacks, el Príncipe de Corazones.
En esta obra, la cautivadora y esperada conclusión de la trilogía Érase una vez un corazón roto, se derramará sangre, se robarán algunos corazones y el amor verdadero será puesto a prueba.
¿Es la Mansa lo que su apodo familiar parece sugerir? Solo el lector será capaz -quizás- de dar cuenta de ello. Entretanto, ella vive al tiempo que recuerda el camino que la ha traído desde su isla caribeña hasta el Londres del presente. Con la ayuda de una enigmática figura que la acecha por detrás de sí misma y se convierte en su conciencia desdoblada.
Con un registro narrativo inusualmente fresco y provocativamente desenfadado, realista pero no exento de fantasía e incluso -en el buen sentido- de disparate, Karlina Veras produce una escritura fluida y singular, que genera al mismo una reflexión sobre asuntos que, lejos de ser triviales como lo son en apariencia, reflejan las complejas vivencias de una mujer que pretende ser diferente. Todo eso, a través del manejo formidable de un lenguaje coloquial que consigue universalizar sus regionalismos.
Los cerebritos son sexis. Sobre todo, los cerebritos que construyen robots de competición.
Bel preferiría morir antes que pensar en el futuro. ¿Solicitudes de ingreso en la universidad? Qué gracioso. ¿Actividades extraescolares?
Ni pensarlo. Pero cuando, sin pretenderlo, deja al descubierto su talento para la ingeniería, se ve obligada a unirse al club de robótica del instituto. Pero eso no es lo peor. Todos los chicos la ignoran, y ni siquiera parece caerle bien a Neelam, la única otra chica del equipo.
Por otro lado está Mateo Luna, capitán del club, que reconoce el potencial de Bel... hasta que empiezan a tener diferencias. A Bel no le importan los campeonatos nacionales, pero a Teo le importan demasiado. Sin embargo, a medida que las noches de trabajo después de clase se hacen más y más largas, Bel y Teo se dan cuenta de que han construido algo más que un robot preparado para competir: han conseguido sacar lo mejor del otro, y también del resto del equipo.
Tremendamente divertida y con un romance slow burn.
Una exploración fascinante de la inteligencia y la emoción de los animales, con textos que invitan a pensar, reflexiones sorprendentes e imágenes asombrosas. Una forma maravillosa de entender las extraordinarias, diversas y, a menudo, aleccionadoras capacidades cognitivas de otros animales, desde las hormigas y los cuervos hasta los elefantes. Nos recuerda de manera muy oportuna que compartimos el mundo con otras inteligencias a las que debemos todo nuestro respeto.
Revela toda una variedad de actores poderosos cuyos trucos manipulan nuestros sistemas económicos, políticos y legales para su beneficio, a expensas de los demás. Una vez que aprendas a detectar los hackeos, comenzarás a verlos por todas partes y nunca volverás a ver el mundo de la misma forma. Casi todos los sistemas tienen lagunas, y esto es así por diseño. Pero no podrán aplicarte las reglas si eres capaz de aprovecharlas a tu favor. Si no se controlan, estos hackeos acabarán trastornando nuestros mercados financieros, debilitando nuestra democracia e incluso afectando nuestra forma de pensar.
Y cuando la inteligencia artificial comience a pensar como un hacker, a velocidades y escalas inhumanas, los resultados pueden ser catastróficos. Sin embargo, quienes se pongan el «sombrero blanco», podrán entender la mentalidad de los hackers y reconstruir los sistemas económicos, políticos y legales para contrarrestar a quienes quieren explotar nuestra sociedad. Podemos aprovechar la inteligencia artificial para mejorar los sistemas existentes, predecir y defendernos contra los hackers y lograr un mundo más equitativo.