La ira es tan sólo un instrumento o un arma en manos más calculadoras. Un pueblo en armas es una fuerza, pero no piensa. Como mucho opina. Y la opinión es cosa fácil de construir. La ira no produce cambios, la ira es mercenaria. Sirve a quienes más la excitan. La necesaria rebeldía de Medea contra el orden social establecido –o lo que llamaríamos ahora lo «políticamente correcto»– y contra sus propios impulsos naturales, y la actividad de un principio como el de la diosa Kālī que sustenta, en el orden simbólico, la cíclica construcción y destrucción del universo de las formas son, si las comprendemos bien, dos ejemplos inmejorables del poder femenino que necesitamos activar para adelantarnos a lo que ha de venir y evitar así un desastre mayor. Podemos invertir los papeles, sin duda. Pero ¿de qué sirve reemplazar los ingredientes si el caldo está podrido? Lo que necesitamos ahora no es una simple inversión, sino una auténtica transformación, un cambio de paradigma que abarque todos los ámbitos.
Posiblemente llegaste a este libro después de múltiples noches en vela, días llenos de preocupaciones constantes, momentos donde sentiste que tu mente se disparaba sin control, generando escenarios catastróficos que paralizaban. tu capacidad de acción. Tal vez has experimentado esos latidos acelerados, la sudoración repentina, la sensación de ahogo o ese nudo en el estómago que parece querer recordarte permanentemente que algo puede salir mal. Si has sufrido de todos estos síntomas, este libro tiene la única misión de ayudarte a poder aprender a sobrellevar la ansiedad y lo que provoca.
Educar para entender la forma de solucionar los principales problemas ambientales del mundo, en un momento en que la tecnología avanza cada segundo, es un reto para los países que deseen alcanzar el desarrollo sostenible.
“La educación ambiental es la formación programática de individuos conscientes y responsables de su entorno ecológico”.
Debéis saber que mi pasión por la lectura empezó hace mucho tiempo, cuando era pequeño... Y os he de confersar que, sobre todo, me fascinaban las peripecias legendarias de los dioses y los héroes de la mitología griega, luchando con monstruos y criaturas fantásticas. Algunas son divertidas; otras, osadas; ¡otras más hacen que los bigotes te vibren de emoción! Y todas nos enseñan algo sobre la lealtad, la valentía, la amistad, el ingenio... ¡Son historias antiguas que se pueden leer y releer sin cansarse nunca de ellas!
Llamamos melancólico a quien no puede hacer más que entregarse sin reservas a ese sentimiento de deambular en la oscuridad y desear la luz, y a su estado lo denominamos melancolía. La melancolía es recuerdo. Si hubo tormenta, habrá otra. Si hay marea baja, volverá a subir la marea. El hombre melancólico no se fija en lo que hay en un preciso momento, sino que espera la llegada de aquello que en ese momento no es. Se aferra mentalmente a lo previsible, aunque es posible que el recuerdo de lo imprevisible haya hecho ya mella en su confianza en la razón; teme lo que no está y por eso se angustia ante la llegada de aquello que espera.
A comprehensive look at Istanbul-based interior designer Zeynep Fadillioglu’s most striking projects, from a modern minimalist mosque to the city’s largest luxury hotel.
Renowned for her striking, multilayered projects that are rich in materials, arts, and crafts, Zeynep Fadillioglu’s interiors express a bold contemporary sophistication and modern understanding of traditional values.
Born and raised in Istanbul, Fadillioglu studied computer science and then art history and design at London’s Inchbald School of Design before setting up her design company in Istanbul. Today, having designed many notable landmarks, she is one of the most sought-after designers both at home and abroad. Her thoughtful, creative, and interdisciplinary approach to interior design bridges history, community, cities, climate, and culture with meticulous attention to detail and to storytelling.