La vida gira en torno al aprendizaje, pero no siempre es fácil. En ocasiones, desarrollar un nuevo conocimiento o habilidad parece sencillo; otras veces, sin embargo, por más que nos esforcemos, no obtenemos los resultados esperados. Décadas conduciendo un automóvil, tocando un instrumento o golpeando una pelota no nos hacen necesariamente mejores en estas actividades. La mejora puede resultar esquiva, si es que llega.
En una villa a las afueras de Zúrich vive el anciano Dr. Stotz, rodeado de retratos de una mujer joven. Melody fue una vez su prometida, pero poco antes de la boda, hace más de cuarenta años, ella desapareció. Stotz nunca se recuperó de su pérdida y ha dedicado su vida a buscarla. Sabedor de que le quedan pocos meses de vida, y con el fin de poner orden en su patrimonio y su legado, Stotz contrata a un joven que necesita urgentemente un trabajo. Poco a poco, a medida que se adentra en los papeles, Tom empieza a preguntarse si Stotz es realmente quien pretende ser, si su vida ha sido la que él cuenta y si Melody existió. Melody es un thriller contemporáneo en el que la verdad tiene muchas caras. Una historia maravillosamente romántica, una lectura cautivadora, ambientada en Zúrich y Grecia, cuya trama da innumerables giros y vueltas que mantienen a los lectores clavados en el sillón hasta la última página.
Con apenas veinticinco años, Michel Guérard fue nombrado Mejor Obrero de Francia y entró a trabajar en el Lido. En 1965 compró en una subasta un pequeño bistrot de Asnières, que se convertiría en «el mejor restaurante de suburbio del mundo».
En 1974 se instaló en Eugénie-les-Bains, en Las Landas, donde obtuvo tres estrellas Michelin que conservó durante más de cuarenta años. En 1976, su libroLa nueva cocina de la esbeltez triunfó en el mundo entero hasta hacerlo aparecer en la cubierta de la revistaTIME en febrero de 1976.
Michel Guérard cocinó durante más de setenta años, y pasó por todo; la guerra y sus privaciones, el aprendizaje a la antigua usanza, la tradición de la alta gastronomía francesa, la aventura de la Nouvelle Cuisine, la globalización culinaria…La precisión y la vivacidad de sus recuerdos lo convirtieron en la memoria de la cocina francesa.