En estas páginas nace, vive y muere (al menos por el momento) el fotógrafo Castellón, uno de los personajes más atractivos y enigmáticos de la literatura hispanoamericana reciente. Una novela del ganador del Premio Cervantes 2017. El lector verá a través del ojo de su cámara la falsificación alucinante de nuestras nacionalidades, la fantasía derrotada de los ideales y las utopías, la más persistente de ellas el canal por Nicaragua, y la convocatoria del genio y la miseria en diversos escenarios, desde el puerto de Greytown en Nicaragua, con sus palacios de mármol en medio de la selva, al ghetto de Varsovia y al monasterio de la Cartuja en Mallorca. El mercenario Walker, el rey mosco, la reina Victoria, Napoleón el pequeño, el Archiduque Luis Salvador y su extravagante cortejo, Flaubert, Turguéniev y George Sand, sin olvidar a Chopin, se dan cita aquí, junto con la pluma envidiosa del escandaloso Vargas Vila y la prosa florida de Rubén Darío
Partiendo de hechos reales, con un depurado discurso narrativo que incluye cartas, documentos legales, deposiciones jurídicas, testimonios, declaraciones y artículos periodísticos, en esta novela detectivesca, cuya trama mantendrá en vilo al lector, Sergio Ramírez logra un vívido retrato de una sociedad y de una época. León, Nicaragua, 1933. Martha, la esposa del joven Oliverio Castañeda, muere repentinamente. La familia de don Carmen Contreras invita a Oliverio a vivir con ellos, y pocos meses después mueren Matilde, la hija mayor, y luego don Carmen. Algo hay de sospechoso en esas muertes, por todo León se murmura que Oliverio podría estar involucrado. Pero eso no es todo: el dictador guatemalteco Jorge Ubico entrará en escena con dedo acusador. ¿Es posible llegar a la verdad en una investigación criminal? Mariano Fiallos, inexperto Juez del Distrito para lo Criminal con un impecable sentido de la justicia, deberá intentar que esta prevalezca ante una enmarañada madeja de venganzas políticas, prejuicios sociales, amenazas e intereses económicos. Galardonada con el Premio Dashiell Hammett, esta novela detectivesca escrita a partir de hechos reales, es el vívido retrato de una sociedad y de una época.
En la Extremadura profunda de los años sesenta, la humilde familia de Paco, el Bajo, sirve en un cortijo sometida a un régimen de explotación casi feudal que parece haberse detenido en el tiempo pero sobre el que soplan ya, tímidamente, algunos aires nuevos. Es época de caza y Paco se ha tronzado el peroné. Las presiones del señorito Iván para que lo acompañe en las batidas a pesar de su estado sirven para retratar la crueldad, los abusos y la ceguera moral de una clase instalada en unos privilegios ancestrales que considera inalienables y que los protagonistas soportan con una dignidad ejemplar.
«No creo que la sociedad que he descrito en 1984 necesariamente llegue a ser una realidad, pero sí creo que puede llegar a existir algo parecido», escribía Orwell después de publicar su novela. Corría el año 1948, y la realidad se ha ...
Toni Morrison, ganadora del Premio Nobel de Literatura 1993, parte de la realidad de una chiquilla desgraciada para tratar temas como el concepto de belleza impuesto, la voz femenina o la infancia truncada, y lo consigue con una historia dura y deliciosa al mismo tiempo.
Pecola es una niña pequeña que vive con sus padres y tiene una prima que se llama Claudia. Le gustan las muñecas y las caléndulas, que no le gustan a nadie excepto a ella. Pecola es negra y cree que es fea porque no se parece a Shirley Temple. Y tiene un truco para desaparecer cuando sus padres se pelean o su padre la molesta por las noches: piensa que tiene unos preciosos ojos azules, que todo el mundo admira su belleza y que las otras niñas la envidian. Pero ese sueño nunca se convertirá en realidad y Pecola seguirá atrapada en la triste vida que le ha tocado en suerte.
Mario Vargas Llosa se adentra en la novela Los Miserables desde la perspectiva del lector agudo, del entusiasta, del creador que sabe cómo se construye una gran obra. Encontramos así los secretos mecanismos que movieron la pluma de Víctor Hugo para crear la gran novela romántica francesa. ¿Quién fue Víctor Hugo? La tentación de lo imposible no es un libro que trata sobre otro libro. Mario Vargas Llosa no se deja nublar por las palabras y desvela las claves con las que el narrador francés dejó constancia de su creación. Nos descubre esas huellas que hablan de un Víctor Hugo escritor, político y ante todo humano; un personaje más de la novela que sabe disfrazarse de narrador o de protagonista y que también sabe cómo desaparecer sin dejar rastro.
Las historias de La bailarina de Izu constituyen una autobiografía velada de los atribulados años de juventud de Yasunari Kawabata. Marcado por la pérdida de los parientes más cercanos, las ceremonias del duelo y el fantasma de la memoria, el autor logra, con su estilo elegante y al mismo tiempo perturbador, componer escenas inolvidables a partir de los recuerdos dolorosos. Los escritos van acompañados, en esta edición, por varias «historias en la palma de la mano» que no habían sido publicadas anteriormente. Estampas urbanas del Japón previo a la segunda guerra mundial, nuevas versiones de motivos folklóricos orientales, percepciones intensamente vividas, fábulas modernas y poco morales sobre el amor, el deseo y la sexualidad completan esta obra del «maestro de la desilusión» de la literatura del siglo XX.
Una noche de ópera, Soledad contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella tiene sesenta años; el gigoló, treinta y dos.Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los estragos del tiempo, el relato de la vida de Soledad se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la Biblioteca Nacional.
Nino, hijo de guardia civil, tiene nueve años, vive en la casa cuartel de un pueblo de la Sierra Sur de Jaén, y nunca podrá olvidar el verano de 1947. Pepe el Portugués, el forastero misterioso, fascinante, que acaba de instalarse en un molino apartado, se convierte en su amigo y su modelo, el hombre en el que le gustaría convertirse alguna vez. Mientras pasan juntos las tardes a la orilla del río, Nino se jurará a sí mismo que nunca será guardia civil como su padre, y comenzará a recibir clases de mecanografía en el cortijo de las Rubias, donde una familia de mujeres solas, viudas y huérfanas, resiste en la frontera entre el monte y el llano. Mientras descubre un mundo nuevo gracias a las novelas de aventuras que le convertirán en otra persona, Nino comprende una verdad que nadie había querido contarle. En la Sierra Sur se está librando una guerra, pero los enemigos de su padre no son los suyos. Tras ese verano, empezará a mirar con otros ojos a los guerrilleros liderados por Cencerro, y a entender por qué su padre quiere que aprenda mecanografía.
Murakami vuelve a deslumbrarnos con su estilo conciso, su sutil sentido del humor, su habilidad para construir tramas cautivadoras y escalofriantes, y su maestría para dar cuenta del escurridizo espíritu de nuestro tiempo.
Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado, Mari, sentada sola a la mesa de un bar-restaurante, se toma un café mientras lee. La interrumpe un joven músico, Takahashi, al que Mari ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño «demasiado perfecto, demasiado puro». Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante; Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre una segunda interrupción: Kaoru, la encargada de un «hotel por horas», pide que le ayude con una prostituta china agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y poco a poco empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora... pese a que el televisor no está enchufado.