Aurélie, la encantadora cocinera que regenta el restaurante Le Temps des Cerises, en el barrio de Saint-Germain de París, y André, editor y escritor de éxito, son pareja desde hace un año. El día de San Valentín se acerca, y con él la fecha perfecta para una proposición de matrimonio, pero antes de que André pueda hacer la gran pregunta, sucede algo inesperado: el pequeño restaurante de Aurélie recibe una estrella Michelin y la joven cocinera no puede contener su alegría... durante tres días. La sorpresa que parecía poner la guinda a la felicidad de la pareja ha sido solo el resultado de una confusión. Y cuando Aurélie conoce al auténtico destinatario de la distinción, el chef Jean-Marie Marronnier, que no solo cocina como los dioses sino que tiene un auténtico Monet colgado en su restaurante, las cosas se van a complicar aún más...
El auge y declive de una gran pasión, el amor feroz de dos personas que parecían conjurarse en contra de una vida serena.
Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relación de sus padres, y cómo la personalidad desmedida de él y el corazón débil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.
A corazón abierto es una novela que recorre nuestro país a lo largo de un siglo de grandes cambios y encierra un homenaje a una generación, la de quienes permanecieron en España en la inmediata posguerra, aquellos que, sin queja ni lamento, se concentraron en sobrevivir.
Desde la mirada empática y curiosa de una gran observadora que sabe transformar en ficción cada destello de la memoria, Elvira Lindo convierte a sus padres en personajes literarios para aproximarse a ellos con libertad, lucidez y sabiduría. Como si de una composición musical se tratara, cada capítulo es una demostración de gran técnica puesta al servicio del puro placer de narrar las luces y las sombras de un pasado convertido para siempre en gran literatura.
Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura para recrearse y saborear con un buen té japonés.
La epopeya de Rintaro, el joven heredero de una entrañable librería de viejo, y de Tora, un sabio e ingenioso gato atigrado, se ha convertido en un fulgurante éxito internacional. Su emocionante misión consiste nada más y nada menos que en salvar los libros que están en peligro y extender así el amor por estos objetos, bellos e inigualables, que son parte imprescindible de nuestra vida.
Del siempre fascinante Japón nos llega esta hermosa historia, cargada de sabiduría, magia y pasión por la lectura, que ya ha conquistado a lectores de todo el mundo.
«¿Era la historia esa fantástica tergiversación de la realidad?»
Guatemala, 1954. El golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA derroca el gobierno de Jacobo Árbenz. Detrás de este acto violento se encuentra una mentira que pasó por verdad y que cambió el devenir de América Latina: la acusación por parte del gobierno de Eisenhower de que Árbenz alentaba la entrada del comunismo soviético en el continente.
Tiempos recios es una historia de conspiraciones internacionales e intereses encontrados, en los años de la Guerra Fría, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad. Un suceso que involucró a varios países y en el que algunos verdugos acabaron convirtiéndose en víctimas de la misma trama que habían ayudado a construir.
Sombras en la hierba prolonga y completa los recuerdos que Isak Dinesen recogió de su increíble vida en Kenia, cuya parte principal quedó plasmada en uno de los libros de memorias más bellos jamás escritos: Memorias de África. Son muchos los personajes y muchas las anécdotas que recorren como corrientes subterráneas las páginas de Sombras en la hierba: el comercio en Nairobi, la caza de leones homicidas, el mundo de los sueños, las danzas rituales en la granja y una multitud de pequeños acontecimientos extraordinarios vividos entre gentes más extraordinarias aún. Pero, a pesar de todo, no se puede hablar de autobiografía: de una u otra forma, la autora permanece al margen de la narración y cede el papel protagonista a quien nunca ha dejado de tenerlo: la vida, siempre diversa, indomable, cruel y tierna.
Madrid, junio de 2020. Tras un encierro de tres meses, el narrador asiste al despertar de la llamada nueva normalidad mientras revive los recuerdos de su infancia en una cultura campesina cuyos últimos supervivientes se están muriendo. A la dolorosa constatación de que con él desaparecerá la memoria familiar, se le suma la certeza de que en este nuevo mundo nacido de una crisis global aún prevalecen unas prácticas dañinas.
Volver a dónde reflexiona sobre el paso del tiempo, sobre cómo construimos los recuerdos y cómo éstos, a su vez, nos mantienen en pie en momentos en que la realidad queda en suspenso; un testimonio imprescindible para entender un tiempo extraordinario y la responsabilidad que adquirimos con las nuevas generaciones.
La fama de la desapacible Kimberly Clark Weymouth, una pequeña ciudad eternamente aquejada por heladas ventiscas y mucha nieve, y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus, permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella. Pero ¿qué pasaría si, harto de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth permitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa? Bajo la exuberante prosa y la imaginación sin límites de Laura Fernández, se esconde una sólida historia sobre la maternidad, la creación y la renuncia, el arte como refugio y la soledad del incomprendido, en este cruce entre una novela de Roald Dahl para adultos y unalocado y digresivo T.C. Boyle que hubiera leído más de la cuenta a Joy Williams. La señora Potter no es exactamente Santa Claus pretende hacer saltar por los aires la sola idea de la existencia del relato, o del relato único de aquello que somos, porque si algo somos es una infinidad de posibilidades.
Erin Fancher tiene dieciséis años. Una mañana, al despertar, descubre que la piel se le está cayendo a pedazos. Pero ¿realmente la están devorando los gusanos? ¿O lo que le ocurre es un producto de su imaginación adolescente? En cualquier caso, tiene que ir al instituto y lidiar con los problemas típicos de su edad. Y nada parece fácil tampoco para su amiga Shirley Perenchio, la chica más popular de la clase; ni para Velma Ellis, la profesora solterona de Lengua; ni para Billy Servant, el empollón enamorado. Ambientada en la ciudad ficticia de Elron, en una época que recuerda los años noventa pero podría ser la nuestra, esta desopilante novela sobre la adolescencia y las dificultades de ser uno mismo abunda en referencias pop, personajes inolvidables y vivas parodias del mundo moderno.
En Macondo transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extraño, un antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en enterrarle ante la oposición de todo el pueblo y sus autoridades. Como en una tragedia griega -el libro lleva como lema una cita de Antígona que recuerda la prohibición de enterrar el cuerpo del Polinices-, el viejo coronel, su hija y su nieto van a cumplir la ominosa tarea. La acción, compuesta por la descripción de los preparativos para el entierro -una media hora- y los recuerdos de un cuarto de siglo de la historia de Macondo, de 1905 a 1928, se narra a través de los pensamientos de estos tres personajes.
«De pronto como si un remolino hubiera echado raíces en el centro del pueblo, llegó la compañía bananera perseguida por la hojarasca. Era una hojarasca revuelta, alborotada, formada por los desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos: rastrojos de una guerra civil que cada vez parecía más remota e inverosímil. La hojarasca era implacable.»
La novela que inspiró la exitosa película Las normas de la casa de la sidra.
Esta novela cuenta la historia del doctor Wilbur Larch–santo varón y obstetra, eteradicto y abortista, director de un orfanato–y la de su huérfano favorito, Homer Wells, quien nunca consigue ser adoptado. El doctor Larch siente la obligación moral de liberar a las madres pobres de un embarazo no deseado, antes que admitir en su asilo a sus hijos abandonados. Homer Wells, a quien Larch quiere como a un hijo, al crecer se niega en cambio a «acabar con una vida humana». La novela es mucho más que un libro sobre el aborto, aun así tratado por Irving con un excepcional conocimiento histórico, médico, legal, filosófico y moral.