Junto con Freud y Jung, Alfred Adler es uno de los fundadores de la psicología moderna. Su utilización de un enfoque holístico para el estudio de la personalidad, observando a los individuos en su contexto social y sobre una base de igualdad, hace que su obra resulte enormemente significativa en nuestros días. Comprender la vida ofrece una excelente introducción a la obra de Adler y una perfecta síntesis de sus principales teorías.
El arte de amar es una obra con la que Erich Fromm ha ayudado a varias generaciones a reflexionar sobre el amor y a responder a algunas preguntas aparentemente sencillas: ¿qué significa amar? ¿Cómo desprendernos de nosotros mismos para experimentar este sentimiento? En él, Fromm considera el amor como un arte hacia los demás que requiere un conocimiento y un esfuerzo.
El ensayo titulado El malestar en la cultura, en el que Sigmund Freud (1856-1939) sentó que nuestra especie ha pagado por el progreso el elevado precio de sacrificar la vida instintiva y reprimir la espontaneidad, es, como señala Carlos Gómez en la introducción al mismo que enriquece esta nueva edición, uno de los ensayos con más amplias repercusiones en el pensamiento del siglo XX. Completan el volumen otros trabajos fundamentales, como son «Sobre la conquista del fuego», «Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte» y los seis ensayos destinados a ser publicados bajo el rótulo genérico «Metapsicología», entre los que se halla el célebre «La aflicción y la melancolía».
Las sentencias y puntos de vista que forman este volumen, que reflejan la obra de Fromm a lo largo de toda su vida, sorprenderán incluso a quienes conozcan sus escritos en profundidad. La condensación de sus pensamientos en palabras breves y precisas constituye una nueva forma de acceder tanto al pensamiento de Fromm como a las cuestiones más importantes de la vida humana.
El autor busca formas de desplegar las posibilidades humanas en una sociedad humana, y lucha por lo que hoy ya nos resulta una expresión familiar: todo ser humano tiene que poder lograr su pleno potencial.
Pocas figuras concitan tanta admiración, respeto y cariño como la de Luis Feduchi Benlliure, psiquiatra y psicoanalista y parte fundamental de la vida cultural e intelectual barcelonesa de los últimos sesenta años. Médico humanista a la antigua usanza, sus trabajos sobre infancia y adolescencia fueron determinantes para generaciones de jóvenes especialistas que abordaban esos casos tan sensibles.
Puesto quela transmisión de su conocimiento fue principalmente oral, Fuga, ruta, viaje, es fruto de un titánico esfuerzo por reunir sus textos y entrevistas fundamentales que conmemora y pone en valor el trabajo y las aportaciones de un referente indiscutible de la psiquiatría española orientada a menores.
En el ensayo que da título al libro, Feduchi toma prestados los conceptos de fuga, ruta y viaje del Manual de Psicopatología del Adolescente de Marcelli y Braconnier y los adapta a nuestro momento cultural y ambiental con el propósito de sintetizar ciertas conductas frecuentes en los tres ámbitos principales donde se observa la mayor parte de los problemas y conflictos en la vida de los jóvenes: familia, escuela y emigración. La fuga es la huida de la vida; la ruta, una exploración; mientras que el viaje se presenta como el movimiento necesario en esta etapa, salir para luego regresar.
En todos los textos subyacen varias preguntas esenciales: ¿Hasta qué punto es determinante la adolescencia de cara al resto de la vida? ¿Cómo debe darse la asistencia a menores? ¿Qué cuadros clínicos acompañan a la violencia? El magisterio de Luis Feduchi resulta especialmente provechoso, no solo para profesionales en la materia, por su lucidez, su sensibilidad y su dilatada experiencia.
En La emoción, fuente de vida, Francisco Mora, aclamado autor de Neuroeducación, nos invita a reflexionar sobre un asunto de especial relevancia en las sociedades occidentales actuales, en las que las personas cada vez viven más tiempo sin saber, en ocasiones, para qué: el envejecimiento. Un asunto que, por su importancia, guarda implicaciones a nivel personal y cotidiano, profesional e intelectual, científico y filosófico e incluso religioso. La obra, publicada anteriormente con el título Ser viejo no es estar muerto, recalca la importancia que tiene a la hora de afrontar ventajosamente esta etapa de la vida una de las vertientes fundamentales del ser humano: la emoción, esa energía que mueve el mundo vivo, «ese motor que todos llevamos dentro y que nos empuja a seguir vivos».