Ver como
Ordenar por
Mostrar por página
Imagen de EL NERVIO VAGO. SU PODER SANADOR
1,150

EL NERVIO VAGO. SU PODER SANADOR

Stanley Rosenberg nos invita a explorar el papel determinante que desempeña el nervio vago en nuestros estados psicológicos y emocionales. Esta guía práctica explica cómo multitud de dolencias comunes (desde la ansiedad y la depresiòn hasta las migrañas y el dolor de espalda) están relacionadas con este nervio craneal, y cómo, mediante una serie de ejercicios muy fáciles de realizar, que se ilustran en estas páginas, podemos llegar a regularlo y conseguir una relajación profunda, mejorar el sueño, o recuperarnos de una herida o un trauma. Esta obra propone un nuevo enfoque de sanación que es fruto de la experiencia del autor como terapeuta corporal y de una comprensión del funcionamiento del sistema nervioso autónomo totalmente novedosa en el campo de la neurobiología humana: la teoría polivagal, desarrollada por el prestigioso doctor Stephen Porges, quien escribe el prólogo de este libro.
1,150
Imagen de EL NARCISISMO
1,250

EL NARCISISMO

¿Es usted narcisista? O bien: ¿conoce a alguien que lo sea? Si es así, sabrá que, en contra de lo que afirma la creencia popular, los narcisistas no se aman a sí mismos, y mucho menos a los demás. En realidad se trata de personas que no pueden aceptar su verdadera personalidad, y en su lugar construyen una máscara permanente que esconde su carencia de sensibilidad emocional, su incapacidad para sentir. De hecho, a los narcisistas les preocupa más su apariencia que sus sentimientos.Actúan con frialdad, son seductores y manipuladores, y luchan por conseguir el poder y el control. Pero, en el fondo, al carecer de un sólido concepto de sí mismos, la vida les parece vacía y falta de significado, por lo cual viven en un estado de perpetua desolación.
1,250
Imagen de EL MANUAL DEL SILENCIO
1,200

EL MANUAL DEL SILENCIO

La historia de pederastia en la Iglesia que nadie quiso escuchar A los dieciséis años, Miguel Hurtado se apuntó al grupo de scouts de Monserrat por recomendación de una amiga de su madre. Miguel, que acababa de empezar a aceptar su homosexualidad y que lidiaba, día a día, con los eslabones oxidados de una familia disfuncional, se apoyó en esos momentos tan delicados en el germà Andreu, el monje de sesenta años que había fundado el grupo scout, un hombre querido y respetado por la comunidad. Creyéndose a salvo en Monserrat, Miguel confesó al germà su identidad sexual y este, bajo el pretexto de «ayudarle a curarse», abusó sexualmente de él.
1,200
Imagen de EL LENGUAJE DEL CUERPO
1,250

EL LENGUAJE DEL CUERPO

El lenguaje del cuerpo revela más de las personas que sus propias palabras. Nuestros gestos pueden mostrar que nos sentimos inseguros, incómodos, molestos, desconfiados, decididos, fuertes o complacientes. Tampoco nos causa la misma impresión alguien que nos ofrece un buen apretón de manos que quien nos la tiende con ligereza, o quien se apoltrona en un sillón en vez de sentarse en el borde. La manera como cruzamos los brazos o las piernas, movemos las manos o fijamos la mirada, por ejemplo, dice mucho de nosotros, y ser conscientes de ello puede ayudarnos a causar una impresión positiva en los demás, averiguar si alguien nos miente, salir con éxito de una entrevista de trabajo o, incluso, seducir a otras personas, ya sea para persuadirles o para elegir la pareja correcta. Los gestos hablan, así que ¡sácales todo el partido!
1,250
Imagen de EL LABERINTO SENTIMENTAL (CM)
995

EL LABERINTO SENTIMENTAL (CM)

«A la gente le gusta sentir. Sea lo que sea», escribió Virginia Woolf. ¿Cómo vamos a desear sentir en abstracto, cuando sabemos que algunos sentimientos son terribles, crueles, perversos o insoportables? Pues así es. Nos morimos de amor, nos morimos de pena, nos morimos de miedo, nos morimos de aburrimiento, y, a pesar de la eficacia letal de nuestros afectos, la anestesia afectiva nos da pavor. Somos inteligencias emocionales. Nada nos interesa más que los sentimientos, porque en ellos consiste la felicidad o la desdicha. Actuamos para mantener un estado de ánimo, para cambiarlo, para conseguirlo. Son lo más íntimo a nosotros y lo más ajeno. No sentimos lo que querríamos sentir. Somos depresivos cuando quisiéramos ser alegres. Nos reconcomen las envidias, los miedos, los celos, la desesperanza. Desearíamos ser generosos, valientes, tener sentido del humor, vivir amores intensos, librarnos del aburrimiento, pero nos zarandean emociones imprevistas o indeseadas. Incluso un sentimiento tan tranquilo como la calma, nos «invade». Podría leerse la historia de nuestra cultura como el intento de contestar a una sola pregunta: ¿Qué hacemos con nuestros sentimientos? El autor cree que, ante todo, conocerlos.
995
Imagen de EL LABERINTO SENTIMENTAL
850

EL LABERINTO SENTIMENTAL

Somos inteligencias emocionales. Nada nos interesa más que los sentimientos, porque en ellos consiste la felicidad o la desdicha. Son lo más íntimo a nosotros, y lo más ajeno. Actuamos para mantener un estado de ánimo, para cambiarlo, para conseguirlo. No sentimos lo que querríamos sentir. Somos depresivos cuando quisiéramos ser alegres. Nos reconcomen las envidias, los miedos, los celos, la desesperanza. Desearíamos ser generosos, valientes, tener sentido del humor, vivir amores intensos, librarnos del aburrimiento, pero nos zarandean emociones imprevistas o indeseadas. Podría leerse la historia de nuestra cultura como el intento de contestar a una sola pregunta: ¿qué hacemos con nuestros sentimientos? El autor cree que, ante todo, conocerlos. Para ello se interna en el laberinto sentimental, con la colaboración de la psicología de última hornada y de la filosofía de todos los tiempos. Estudia cómo el niño construye su mundo sentimental, y cómo el adulto se encuentra viviendo en una casa tal vez inhabitable. En el laberinto se tropieza con ilustres visitantes: Rilke, Kafka, Proust, Sartre, Rimbaud, Kierkegaard, Don Nepomuceno, Carlos de Cárdenas y un misterioso personaje llamado G. M.
850